La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU 73 último resultó que el Cura Don Antonio López de Sosa hiciese la declaración que originariamente se halla a fojas ciento noventa y seis, cuaderno segundo. En dicha declaración que se ha de ver, expresa los motivos que pudo haber para que se hubiesen perdido aquellas hojas sueltas y por último da la razón siguiente: "O porque tal vez Don José Vi– cente García abusando de la confianza que le hice de los libros, al tiempo que vino a buscar las partidas de casamiento de Don Lucas Túpac Amaro, y la partida así mismo de bautismo de Doña Manuela Túpac Amaro (personas que jamás ni de tradición de padres a hijos ha oído mentar en ésta Doctrina a sujeto alguno), hubiese malicio– samente sustraído dichos papeles sueltos, como tiene dicho . consta– ban en sus respectivos libros, etcétera. En esto vino a parar el ruido de las partidas de bautismo y ca– samiento, que aunque nunca las hubiera habido, como esta era cul– pa ajena, no me podía ser imputable, cuando por pública notorie– dad, en aquellos pueblos y provincias soy conocido, y de sucesión en sucesión ha recaído en mí el Cacicazgo y tierras que actualmen– te poseo; y el mismo Don José Vicente en su carta de fojas ... que tiene reconocida a fojas ... , bajo de juramento, con reconocimiento de todos mis instrumentos, me tiene confesada mi legítima descen– dencia, y no puede negármela ahora, sin incidir en una vergonzo– sa contradición. No podrá a la verdad dar igual satisfacción a los v1c10s y sos– pechas de falsedad, que tienen los testimonios de sus Reales Cédu– las, ni tampoco a los que padece el que se llama testamento de Do– ña Manuela Túpac Amaro, que se haya presentado repetidamente; pero me contraigo al testamento de fojas ciento vuelto, cuaderno segundo. En una memoria que se dice otorgada en veinte y tres de Junio de mil setecientos tres, ante testigos, en que por una de su cláusulas se expresa dejar a sus hijos dichas dos Reales Cédulas, pe– ro lo célebre es que esta memoria se vino a comprobar después de veinte y tres años, según manifiesta el testimonio sacado todo de letra de Don José Vicente, como lo están otros varios, dando este mérito más a su sospecha, y a la ninguna fe que merecen. Los testimonios que ha pedido, y se le mandaron dar de la con– testación a ciertas preguntas de una información, que se halla en los autos seguidos por Don José de la Cueva, parecen impertinen-

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