La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

74 DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚP AC AMARU tes, porque se reducen a probar que una Doña Beatriz Yupanqui fué hija de· Don Felipe Túpac Amaro, último Rey del Perú. Esta infor– mación es dada en Lima, el año de mil setecientos diez; y ya se ve que no puede ser preferente a la que dió Doña Juana Pilcohuaco en el Cuzco, el año de mil seiscientos nueve, con testigos de vista y ciencia cierta como se ha fundado; pero permitida y no concedi– da esta filiación ¿es por ventura Don Diego 'Felipe Betancur descen– diente de Doña Beatriz? ¿A qué viene, pues, a aumentar este pa– pel más a los autos? Pruebe que hubo Don Juan Tito Túpac Ama– ro, pruebe que desciende d~ él, y pruebe que fué hijo de Don Fe– lipe, que hasta ahora no ha probado, y entonces podrá ser descen– diente del último Inca del Perú, como lo soy yo. Ultimamente la parte contraria no ha tenido otro apoyo para sus triunfos, que el testimonio de dichas Reales Cédulas, informa– ción de Doña Manuela y memoria de testamento, que se dice ha– ber ésta otorgado; y estando convencidos de falsos esos instrumen– tos, de nada le pueden aprovechar las providencias que ha obteni– do; porque todas apelan sobre el supuesto de ser verdaderos y no falsos dichos testimonios antes sí hacen más grave la pena que las leyes imponen a los falsarios de los Reales rescriptos, que deberán sufrir Don Diego y su apoderado, sino presenta los originales que autorizan la fe de dichos testimonios. Ellos fueron, sin otra noticia ni otra ciencia, los que dieron motivo al informe que hizo a su !a.– vor el Cabildo de la ciudad del Cuzco, como consta de la certifica.. ción que dió a mi pedimento, y presentó en debida forma. Siempre se ha procedido de contrario con obrepción en este asunto. Así en sus escritos tuvo libertad para asentar que los privi .. legios que goza, los había obtenido con su citación de los veinte Y cuatro electores; pero en la declaración que hizo Don Diego Betan– cur, a mi pedimento, consta que no hubo tal citación, ni que jamás ha sido del número de los electores, cuyo cargo lo han obtenido siem– pre los descendientes de los Incas, como parece dicha declaración, que así mismo presento. Omito contestar otras cosas, porque no merecen esta pena, cuan– do yo no pensé haberme declarado hasta aquí; en cuya atención ne– gando Y contradiciendo lo perjudicial, y haciendo el pedimento que más convenga a Vuestra Alteza: pido y suplico que habiendo por presentado dichos instrumentos, se sirva declarar como llevo pedi– do. Y juro a Dios Nuestro Señor y a esta señal de Cruz + no pro– ceder de malicia; pido justicia, costas, etcétera.

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