La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU 771 reservando del propio modo á su soberana determinacion lo con– veniente que es y será, atendidas las razones que van indicadas, y á que este traidor logró armarse, formar ejército y fuerza con– tra sus reales armas, valiéndose ó seduciendo y ganando con sus falsedades á los caciques, ó segundas personas de ellos, en las po– blaciones, el que estas, siendo de indios, no se gobiernen por tales ca– ciques, sino que las dirijan los alcaldes electivos anuales que vo– ten ó nombren estas: cuidando las mismas comunidades electoras, y los corregidores preferir á los que sepan la lengua castellana, y á los de mejor conducta, fama y costumbres para que traten bien y con amor á sus subditos, y dispensando cuando mas, y por ahora, que lo sean aquellos que han manifestado justamente su inclinacion y fi– delidad, anhelo, respeto y obediencia, por la mayor gloria, sumision y gratitud á nuestro gran Monarca, exponiendo sus vidas, bienes ó haciendas, en defensa de la patria ó de la religion, oyendo con bi– zarro desprecio las amenazas y ofrecimientos de dicho rebelde prin– cipal, y sus gefes militares; pero advirtiendo de que estos unica– mente se podrán llamar caciques, ó gobernadores de sus ayllos ó pueblos, sin trascender á sus hijos, ó resto de la generacion tal cargo. Al propio fin se prohibe que usen los indios los trages de la gentilidad, y especialmente los de la nobleza de ella, que solo sirven de representarles, los que· usaban sus antiguos Incas, recor– dándoles memorias que nada otra cosa influyen, que en conciliar– les mas y mas odio á la nacion dominante; fuera de ser su aspec– to ridículo, y poco conforme á la pureza de nuestra religion, pues colocan en varias partes de él al Sol, que fué su primera deidad: extendiéndose esta resolucion á todas las provincias de esta América Meridional, dejando del todo extinguidos tales trages, tanto los que directamente representan las vestiduras de sus gentiles reyes con sus insignias, cuales son el unco, que es una especie de cami– seta; yacollas, que son unas mantas muy ricas de terciopelo negro ó tafetan; mascapaycha, que es un círculo á manera de corona, de que hacen descender cierta insignia de nobleza antigua, sig– nificada en una mota ó borla de lana de alpaca colorada, y cualesquiera otros de esta especie ó significacion. Lo cual se pu– blicará por bando en cada provincia, para que deshagan ó entre– guen á sus corregidores cuantas vestiduras hubiese en ellas de esta clase, como igualmente todas las pinturas ó retratos de sus Incas, en que abundan con extremo las casas de los indios que se tienen por nobles, para sostener ó jactarse de su descendencia. Las cuales se borarrán indefectiblemente, como que no merecen la dignidad de estar pintados en tales sitios, y á tales fines, borrándose igual-

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