La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

802 DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU vida y costumbres que ha observado y practicado el Yndio Alzado Julian Apaza, ( por otro nombre Tomas Tupac Catari), y demas sequaces contra la Real Persona de Nuestro Augusto Rey y Sr. Natural Dn. Carlos 3Q (que Dios guarde), debo decir a VS. bajo las mismas circunstancias de formales Sucesos, y especulaciones que hice, vi y experimenté lo siguiente. El dia 19 de Marzo de este dicho año de 1781 impensadamente llegó como a oras de las 9 de la mañana un Yndio llamado Tomas Callisaya natural del Estrecho de Tiquina donde estaba yo sirvien– do el Beneficio de Teniente de Cura, por ser Anexo del Santua– rio de Copacavana. Dicho Yndio se apareció en calidad de Cañari o Propio, y tambien con el titulo de REY FISCAL, con una soga en el cuello; y en un hilo que traia en una mano, tenia echado un nudo, advirtiendo que aquella soga significaba el que lo ahorcasen con ella, sino dixese verdad; y el citado nudo desado que fuese, tambien significaría una especie de Carta o Auto cerrado que el solo tenia facultad de abrir o desatar; lo que publicado a gri– tos por ser asi mandato de dicho Tomas Tupac Catari Ynga Rey, que ya se hallaba desde el dia 14 de dicho mes de Marzo en el Alto de la Ciudad de la Paz con muchos soldados Yndios, y con los que estaban combatiendo. Y despues de haver dado por todo el Lu– gar de dicho Tiquina tres bueltas; a sus repetidas voces hizo se juntasen todos los Yndios del Comun, quienes ya parece estuvie– ron combocados de antemano, y puesto que fue en el Cabildo con bastante seriedad, relató las palabras siguientes: Manda (decia) el Soberano Ynga Rey que pasen a cuchillo a todos los Corregi– dores, sus Ministros, Caciques, Cobradores y demas dependientes: como así mismo a todos los Chapetones, Criollos, mugeres, ni– ños de ambos sexos, y toda persona que sea o parezca ser espa– ñola, o que a lo menos esté vestida a imitacion de tales Españoles. Y que si esta especie de Gentes se favoreciesen en algun Sagrado, o Sagrados, y algun Cura, u otra cualesquier personas impidiese o defendiesen el fin primario de degollarlas, tambien se atropelle por todo, ya pasando a cuchillo a los Sacerdotes, y ya queman– dolas Yglesias: en cuyos terminas que tampoco oyesen Misas, ni se confesasen ni menos diesen adoracion al Santísimo Sacramento; lo que al punto practicaron aun estandoseles dando por mi el Via– tico a Dn. Nicolas Carreño, a Dn. Francisco Salinas, y a varios Españolas que se hallaban en la Yglesia refugiadas, y tal vez vez constituidas a sufrir tan inhumana Sentencia de aquel degue– llo: lo que asi mismo notado por mi, y como huviesen estado presentes los Yndios del Ayllo que llaman de Calata, y sin siquie-

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