La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU 805 y comenzaron a buscar y registrar el mas minimo rincon: ·cuya re– solucion, siendo notada por aquellos Yndios que no habían perdido en el todo la Devocion a aquella Divina Ymagen, de resulta de cier– to conclave que hicieron, sentenciaron a aquellos dos a muerte, ha– viendolos atracados contra un rollo con unas reatas de cuero bien fuertes, de suerte que al instante fueron Almas que Dios dispuso; lo que parece se atribuyó a cierta permision del Cielo, y a ver si ama– gaban en la rebelion de tan sanguinaria perpetracion; mas todo era incontrastable, pues quales unas fieras que jamas huviesemos visto, insaciables e infatigables por las Cuebas, Cerros, y Estancias donde estaban algunos miserables huidos, y escondidos, andaban dando pasto a las garras que aqui o alli echaban, de los quales unos que daban en el sitio, y otros eran conducidos hasta el Santuario; y don– de precisamente llegaban eran martires de dicterios, golpes, y otras atrocidades hasta que rendían el postrer aliento, continuandose así la pena, el suspiro, y los raudales a las megillas de los Padres que no cesaban en la disciplina y demas diligencias cristianas. O Sobe– rano Dios y quan incomprensibles son tus arcanos! Asi estabamos los Religiosos padeciendo quando se aparecio un propio remitido . por Tupac Catari desde el Alto y Cerco de la Paz, dirigido a mi Prelado el Rev. Padre Maestro Fray Gregario Suero, para que vista la que le escribía, y con la mas posible brevedad le despachase . un Religio– so que le sirviese de Capellan. El qual mandato se havia de ve– rificar en el termino de quatro días, so pena de que seriamos pasados a cuchillo, y se destruiría la Yglesia y convento de dicho Santua– rio. En estos terminas deliberaron el R. Padre Prior, y demas Pa– dres que yo fue.3e a cumplir el orden de dicho Tupac Catari; de suerte que abrazando ciegamente y rindiendo acia la obediencia el total sacrificio de mi vida, camine escoltado de 60 Yndios que co– mo a un reo criminoso, y sin dar mayor deshago a mis atribulacio– nes, apuraban la posta. En esta consequencia, y lo que es mas, en la de haber llegado a mi noticia en el Pueblo de Guarina (mediania del camino) que habían degollado al R. P. Fray Antonio Barriga del Orden de N. P. San Francisco en el citado Alto de la Paz (aun– que no por mandato de Catari segun supe despues) el dia Jueves Santo, a quien lo habían llevado de la Ciudad el Lunes de esa Se– mana para el mismo efecto de Capellan, y por sola la causa de ha– ber presumido en especial el comun de Pacages, que este Padre les desgracio la Gente que bajó a la batalla de dicha Ciudad el Mier– coles Santo (en cuyo dia murieron muchísimos de los Ynidos, y fue– ron cogidos 40 y tantos vivos), ya por que hubiese dicho el Padre aquel día la misa con ornamento morado, ya porque rezó el Ofi– cio Divino en la misma ceja del Alto, mirando la Ciudad, y ya por

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