La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

816 DOCUMENTOS DE LA R EBELIÓN DE TÚPAC AMARU pelieron al consabido alzamiento en su Provincia de Tinta: cuyo tanto andaba rodando por no haber llegado a manos del verdadero Tomas Tupac Catari de Chayanta a quien como a su Confidente se le incluia, y en razon de que al Cañari o Propio que conducia este pliego lo mataron en la Provincia de Omasuyo. Con este motivo determino bolverse el Alto, expresando que el contenido de aquella Cedula (que asi se explicaba) rezaba con él, y que a me– rito de sus expresiones no podia menos que publicar tres dias de plausibles fiestas reales, que a la verdad se celebraron con quanta fruslerias permiten las embriagueses de los . Yndios o sus constituciones tan varias. Estando en estas complacencias y bureos, vino otro Cañari trayendo otra Esquela sobre que ya el auxilio se acercaba a Sicasica, practicando mucha mortandad de Yndios, por lo que re– solvio nuevo viaje Catari llevando muchos Yndios, los 4 Pedre– ros, y bastantes fusiles que tenia ganados a los de la Ciudad con animo de oponerse a la tropa Española en lo posible. Dexo el Go– bierno enteramente asi en esta ausencia como en la antecedente a disposiciones de su Muger, q{iien no hay duda lo desempe– ñaba en el todo, y de modo que no hacia falta alguna Catari, la qual para la practica de estas y las demas acciones que lleba sentadas de antemano, hacia sus consultas en aquel lugar del Ca– bildo, con .Junta general de todos los Oidores y demas Cuerpos de que se componia el Cerco de la Ciudad: siendo cierto que en es– tos Cabildos, .Juntas y consultas, se tocaban en especial los pun– tos "de serle ya preciso seguir hasta rendir la vida en solicitud de desviarse o libertarse de las muchas fatigas, Pechos y Derechos que aun a su antojo tenían impuestos los Señores Ministros del Rey de España, como eran los Oficiales Reales, y Corregidores, cuyas tyranias les havia obligado en suma a el alzamiento, como tambien las circunstancias de haberse ya completado el tiempo de que se cumplan las Profecias sobre que este Reyno volviese a lo.s suyos". Baxo de estos tan errados principios, y de quanto llevo dicho con la verdad que acostumbro, y de haberme sujetado a meramente el sentido literal de las expresivas del Ydioma Ayma– ra en que se comunican estos Yndios, para dar a VS. esta re– lacion segun me lo previene en su citada: ya parece solo resta el finalizarla con la que a mi posible debilidad pudo efectuar el deseo grande y debido acia el servicio de ambas Magestades Divina y humana. Por eso como viese yo tanta idea enemiga, y supiese de fisico que la Ciudad padecía los mas indecibles traba-

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