La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

822 DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMA..~U "Cusco y Junio 23 de 1781.-No habiéndose contestado por el Justicia Mayor de Quispicanchi, ni remitídose la sumaria, según pre– viene el auto antecedente, sin perjuicio de las diligencias que se re– mitan y los efectos que produzcan, para evitar más demora, pásese a tomar confesión al reo, y repítase carta a dicho Justicia Mayor, a fin de que cumpla lo mandado. Y embargue los bienes de dicho Juan. -Manuel Espinavete López.-(se repitió el oficio hoy día 23)." "En la ciudad dél Cuzco, en veinte y tres días del mes de Junio de mil setecientos ochenta y uno, compareció ante su Señoría un hombre que se halla en este cuartel, de quien se recibió juramento que hizo por Dios Nuestro Señor, y una señal de Cruz, según de– recho, so cargo del cual ofreció decir verdad en lo que supiere Y fuere preguntado, y siéndolo como se llama de donde es natural, su edad, estado, calidad, oficio, y si sabe la causa de su prisión; dijo: llamarse Juan Túpamaro, natural de Tungasuca, provincia de Tinta, de edad de treinta y cuatro años, casado con Susana Guerra, espa– ñola, que no tiene oficio cierto, pues unas veces hace de chacarero, otras de arriero, y que presume estará preso, porque lo encontraron en Tungasuca, y decían era hermano de J osef Gabriel Túpamaro, Y responde. Preguntósele qué parentesco es el que tiene con Josef Gabriel, dice que su madre Ventura Monjarás estuvo casada con Miguel Tú– pamaro; pero el confesante ya había nacido antes, y es fuera de matrimono habido, según le ha dicho un J osef Aparicio, y responde. Preguntósele si ha estado forzado con el rebelde, o le ha reci– bido de su gusto, dice: ha estado forzado, y responde. Hízosele cargo como dice ha estado forzado, cuando consta de estos autos, le servía a Túpamaro, llevándole la cama, obedecién– dole en cuanto le mandaba, y aún cuidando la artillería; además de que no es verosímil que siendo tenido por de la familia, dejase de servirle con gusto, y lo comprueba el traerlo regularmente a su la– do, pues si estuviera forzado, no haría confianza de él; dice que aunque iba con el Rebelde a todas las expediciones, pero sólo como compañero sin destino alguno, y sólo alguna otra vez cuidaba de las mulas de silla, pero nunca de la cama, ni de la artillería, y que iba a su lado, porque tenía miedo de que lo matasen, y responde. Preguntósele cómo niega no cuidar de la cama, y aun alguna vez la artillería cuando esto consta por declaración de los testigos;-.

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