La rebelión de Túpac Amaru: la rebelión

DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU 837 lo que es mas horrible, pusieron sus sacrílegas manos én los sacer– dotes del Señor, degollaron á los Ministros del Santuario, arrastra– ron las adorables imágenes de los Santos, profanaron los vasos sa– grados, pisaron el Venerable y Sacrosanto Cuerpo de Nuestro Señor J esu-Cristo, hollaron con sus infames pies las hostias consagradas, é hicieron finalmente á los templos testigos de sus mas abominables obscenidades y lascivias. Parece que estas furias infernales de su antojo y capricho, iban á acabar con nuestros hermanos, con la Reli– gión y la Iglesia; pero aquel gran Dios, que ha prometido no dormir jamas en la custodia de esta su escogida Raquel, dispuso que cesen los lamentos y tragedias. El día, pues, de ayer, 23 del corriente, recibimos por el correo de Chile noticias fijas y ciertas, que el 8 de Abril próximo fué de– rrotado y preso el traidor José Gabriel Tupac-Amaro con su muger, hijos, hermanos y <lemas secuaces que le acompañaban, é influian á negar la debida obediencia á Dios y á nuestro Católico Monarco. ¿Y qué vasallo fiel y leal no se alegrará en el arresto de este re– belde? ¿Qué español verdadero no concibe en su pecho una excesiva alegria, por noticia tan plausible? ¿Qué cristiano no se empeñará en tributar á Dios los mas rendidos obsequios, por habernos concedido un beneficio tan grande?-Sí, amados hijos, este suceso es digno de todos nuestros votos y de las mas fervientes oraciones. El amor que debemos al Rey y á la Religion que profesamos, exije que exha– lemos nuestros corazones en alabanzas y cánticos. ¿Y á quién me– jor se pueden dirigir nuestros sacrificios, que á la Trinidad Beatí– sima, Padre, Hijo y Espíritu Santo, Patrona de esta muy Ilustre Ciudad de Buenos Aires? Si Señores: á la Trinidad Santísima, for– maron los mas célebres cánticos de agradecimiento Noé y sus hijos, cuando se libertaron del diluvio universal. A la Trinidad Santísi– ma hicieron solemne fiesta los Macabeos, despues de haber derrota– do el ejército de Antioco, y quitado la vida á los mejores Generales de su reyno. A la Trinidad Santísima tributó el pueblo de Israel y su sano rey Exequias, las mas rendidas gracias, cuando sacudieron el yugo y tirania de Senacherib, rey de los Asirios. A la Trinidad Santísima adoró el Pontífice Joazin y sus presbíteros, cuando la va– lerosa J udi th destrozó el ejército de Holofernes, cortando la cabeza á este aleve tirano, y por tres meses fué celebrado el gozo de esta victoria, ofreciendo todo el pueblo, votos, holocaustos y promesas. Pues, amados hijos mios, ya que no celebremos la victoria que acabamos de conseguir, por el espacio de tres meses, festejémosla á lo menos con tres ó cuatro dias de solemnidad. Cantemos en el pri-

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