La Rebelión de Túpac Amaru La Rebelión continuación

DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU (CONTINUACIÓN) 27 y que distribuyó en las manos de sus Mestizos menos incultos, nos destruyó en Sangarará, nos dio q' hacer en Pucacasa, en Piccho, y en casi todas las innumerables acciones q' se cuentan hasta el dia. QUE SUCEDERIA SI ESTAS GENTES APRENDIESEN EL MODO DE LIMPIAR, DE CONSERVAR Y DE' MANEJAR EL FUSIL - GUARECIDOS DE LAS CORDILLERAS INACCESIBLES DEL PE– RU DE QUE.HASTA HOY NO LOS HEMOS PODIDO DESALO– JARLOS .AUN NO TENIENDO OTRO ESCUDO CASI TODOS E– LLOS QUE UN PALO, Y UNA HONDA - CON MUCHO TERROR DEL ESTREPITO DE LA POLVORA? Por otro lado quien sabe, ni ha apurado todavía las entregas y coluciemes secretas de los Naturales de que tanto se ha hablado y de q' el comercio precinde perfectamente para ir a poner en sus ma– nos el unico arbitrio de los Dominios de la tierra, que es la fuerza de las Armas?. A la verdad q' sin introducirnos a este odioso laberynto, tenemos a la vista que los Yndios, Cholos, Mestizos, y Españoles hijos de la Patria son los que se han sublevado en numero de mas de 200,000· hombres contra nosotros, si se sujetan a esta cuenta los amotinados desde esta Ciudad hasta la Provincia de Chichas. Hemos presencia– do mas de muchas veces q' los Pueblos enteros, y muchedumbre de Yndividuos han afectado obediencia y lealtad y no han hecho repe– tidamente otra cosa q' valerse de este arbitrio unas veces para es– capar la vida, otras para hacerse de algunos intereses, y todas para aprovecharse del conocimiento de nuestras fuerzas, y atacarnos lue– go con mayor satisfaccion, de modo q' como es constante, se ha hecho ya pueril y ridículo el perdon, y sometimiento de los rebeldes. Vea ahora el menos advertido, si habíendo quedado los catalanes con un solo cuchillo romo amarrado a una cadena en justo castigo, y por un acertado remedio de su rebelion a principios de este siglo, sin em– bargo de ser una tan estrecha Provincia .situada precisamente en el medio de dos tan poderosos Correctores suyos como Francia, y Es– paña, se podra traer a controversia, q' despues de habernos mostra– do tan claramente su corazon el Reyno del Peru, y de haberse fir– mado con tanta sangre el imponderable odio de sus Naturales al sua– ve yugo q' los gobierna, se les pusiese las armas en la mano, y se les entregase a tres mil leguas del Regio Sitial q' los domina, el unico garante de la voluntad humana? Ello es q' solo un entendimiento desvelado sera capaz de conce– bir un absurdo tan desatinado. Concluyase pues este discurso di– ciendo, q' la gravedad de 1a materia exije sin dispensa alguna q' so– bre todo lo expresado se examine bien en el caso, de q' haya quien

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