La Rebelión de Túpac Amaru La Rebelión continuación
28 DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU (CONTINUACIÓN) piense con tanto desarreglo, si podra ser esta una nueva maquinacion que bajo los mas especiosos coloridos, se proponga llevar a debido efecto el empeño ciego y obstinado de la Conspiracion que no le ha podido conseguir por los que tenia meditados. Lo cierto es q' el Co– mercio del Cuzco hecho por su Instituto a reconocer y fondear los mas ocultos cenos de la tierra, no tendria duda en calificar del hom– bre mas perfido y enemigo a el q' se atreviese a pensar con tanto aturdimiento. A si es de parecer que, cuando no se puede erigir establemente este cuerpo de los Europeos bolantes q' andan en America, se añada uno a los dos Batallones del Callao, y turnen estos en el mismo mo– do y forma que lo hacen las Guarniciones de todo el mundo, cuyas reglas de prevencion adquiridas con tantos años y experiencias, no dan lugar a que ignoremos lo que apenas hemos aprendido el me– todo de matar un Yndio. Hasta aqui cree el Comercio ser camino llano quanto queda re– ferido para toda persona de buen juicio, y de un amor nada equi– voco al Soberano. El grande asunto que parece le ha hecho tal la vi– veza, la conexion, o el partido (sea lo q' fuere) de su incognito Au– tor, consiste en el medio de mantener la dicha tropa en la Ciudad. Y expresado con franqueza todo lo que en el concibe este Comercio, dice en primer lugar q' se explicara no por aquellas impresiones de animo q' lleva de suyo el interes visible a q' aspira su exercicio, si por las no vulgares de ser el alma y espiritu vital q' mantiene el uni– verso, y hace la primera basa de la Sociedad, y de las Naciones to– das. Por un acto de estas sublimes cualidades, y del amor eroyco que tiene tan acreditado a la Nacion, al Rey, a la Patria expone lo primero, q' el Peru lejos de contribuir a su Soberano con aquella pe– queña parte q' le sacrifica al suyo todo vasallo de la tierra para con– servar el todo, y lo acuerdan todos los Derechos, lejos de esta tan religiosa y natural sujecion, se halla tan dormido en su aversion, y tan gustosamente consumido en su pereza misma, q' lo poquísimo q' contribuyen en el dia no alcanzara precisamente a la mitad de lo q' · necesita el Reyno mismo para su propia conservacion, fomento y prosperidad. La verdad de esta expresion debe constar y consta a todo sujeto reflexivo q' no viva preocupado de las sacrílegas ordina– rias opiniones q' se abrigan a el favor de las Sierras, y los Andes. Si por ventura nos hallasemos hoy en un tan feliz estado como el que se dexa apuntado para lo futuro, poco habria que cansarse en bus– car fondos para las urgencias q' nos afligen. El caso es, y es lo segundo q' se rnanifesta q' el haber hablado , y tenido los nuevos Ympuestos ha sido el motibo, o el pretexto de
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