La Rebelión de Túpac Amaru La Rebelión continuación
DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU (CONTINUACIÓN) 29 una tan general sublevacion, q' no sabemos si son mas las Provin– cias amotinadas, que las q' no han perdido su sosiego en todo este vastisimo Continente. Ni queremos traer a la memoria los incen– dios, las mortandades, los sacrilegios, las desolaciones, y el restante numero de infortunios q' forman el mas completo catastrofe de es– tas Americas. Baste decir q' no todo se ha fraguado a la sombra de los gritos de. tyranias, contribuciones, de ladroneras, y de otros mil dicterios .de esta naturaleza y asunto q' les ha puesto en los labios, un mal montado corazon hacia la Nacion Española; siendo cosa digna de la mas aguda observacion que los Sugetos, y las Personas mismas q' han declamado de por vida y como de oficio propio contra las Exacciones en el desentonado Ydioma que va citado, adquiriendose por este camino el pueril y vulgar titulo de Padres de la Patria, sean hoy los que hayan pasado a tal extremo q' intenten pensionar al uni– co Dios, a la unica Religion, y al unico Soberano que profesan en su corazon los Peruanos, como es su brebaje y lo demas del apuntado Catalogo. En estas circunstancias q' aun son actualmente las dominantes, representa el Comercio ultimamente si sera juicioso y bien acorda– do el q' se congregue en la misma Ciudad del Cuzco Ydolo de todo el Reyno, y donde se haya el golfo del peligro una Junta dirigida a RESOLVER UNA CONTRIBUCION TAN REBOLTOSA COMO LA QUE INTENTA ECHAR POR UN ANONIMO SOBRE COSAS TAN SAGRADAS PARA ESTAS GENTES, COMO EL MAIS, LA CHI– CHA, EL BORREGO, LA ROPILLA DE QUE SE VISTE Y LOS DEMAS UTENSILIOS QUE SOLO PUDIERON OCURRIR EN ES– TE TIEMPO y circuntancias a la malicia del Abismo. No hay otra cosa mas constante q' la prudencia y sagacidad con q' se ha condu– cido en esta parte el Sr. Visitador General de estos Reynos omitien– do varios establecimientos de esta Clase, acordando la supresion de Repartimientos, exhonerando en cuanto le ha sido posible a todos los Habitantes de este genero de cargas, todo con el fin de Pacificar las Provincias. La prevencion del Derecho Municipal en el presente caso de facultad a las Justicias Ordinarias para que alsen los tribu– tos con el mismo objeto. La piedad de nuestros Reyes lo ha practi– cado del mismo modo en varios Parages y ocasiones que han ocu– rrido en este y en aquel Emisferio. Actualmente estamos registran– do una tan universal y desesperada conmocion de todos los q' han oido el motivo de esta Junta, q' a la reserva de algunos otros pocos Yndividuos que por sus particulares conveniencias o acaso por sus depravados fines hayan inventado y acaloren el pensamiento no se encuentra uno solo que no se entregue al furor inmediatamente que se pronuncia la mas leve especie de esta materia en tanto grado, y
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