La Rebelión de Túpac Amaru La Rebelión continuación

34 DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU (CONTINUACIÓN) cuya situacion le hace la Ytalia del Peru, por consiguiente no hay en especie, ni vecino capaz de sufrir la mas leve carga de las que se me– ditan. Es preciso confesar que desde el Noviembre del año pasado, sirven de Plazas fronteras las Ciudades del Cuzco, Arequipa, Paz, Potosi, y Chuquisaca. Estos Presidios contra los Rebeldes deben por lo menos seguir la misma conducta que los que tienen las Naciones contra sus Enemigos Exteriores. En estos lejos de contribuir sus Guar– niciones, son mantenidas estas por el Soberano: y a la verdad que no hay viViente en alguna de las Republicas sobredichas que no esté haciendo de soldado contra el Enemigo interior mucho mas cruel pa– ra el caso de los abastos, que el Arabe, o el Britanico. Ultimamente es indubitable que para formar Planes en nuestras Contribuciones, se necesita la Paz del Reyno, y la fuerza en el que impone. Asi lo exe– cutó en la Nueva España el ExmQ Sr. Ministro de Yndias, llevando a este efecto 6,000 hombres de tropa arreglada a un País tranquilo, opu– lento, lleno de Europeos, y afinado ya con otra cultura que el Peru; sin embargo tuvo que sufrir S. Exa. las habiles hostilidades que sa– bemos todos. Como pues sera posible hablar de esto en esta tierra en el mayor incendio de la guerra, con mas de 200,000 hombres amo– tinados desde esta Ciudad hasta la Provincia de Chichas, con un Rey– no en esqueleto, con quatro Españoles que apenas pueden matizar la innumerable multitud de Enemigos, y con unas tan debiles fuer– zas como las de 600 hombres de la Ciudad de los Reyes, que apenas han llegado a estas serranías quando han quedado hechos rugadas victimas de la inclemencia de sus Cordilleras: Por estas razones sin duda se ha abstenido la exquisita prudencia del Visitador de tocar en la materia. Ha acordado la supresion de estos repartimientos y ha seguido con estos pasos los piadosos de nuestros Reyes que han dado el mismo camino en muchos parages y ocasiones ocurridas en este y aquel Emisferio. Actualmente estamos registrando que en pronunciando el asun– to de la Junta, no se encuentra uno solo que no eche de si inmedia– tamente el furor que le ocasiona, y esto con disposiciones tan terri– bles, que juzga el camino no podria haber inventado el infausto Cau– dillo Tupac Amaru medio mas aproposito para atraer a su faccion los que componen la nuestra que el pensamiento y novedad q, contra él se dice: de modo que hacemos juicio muy probable, que solo tardaria esta Ciudad, y este Reyno en dar el ultimo estallido, lo q, dilatase la Junta la promulgacion de la opinión positiva del Proyecto. Nos contentamos con lo dicho, omitiendo otros fundamentos q' afianzarian mas y mas el dictamen expresado, cuya ultima perfeccion consiste en que los vecinos ricos, y Hacendados, los Cabildos, y Comu– nidades contribuyan libremente con todo aquello que alcancen sus

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