La Rebelión de Túpac Amaru La Rebelión continuación

DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU (CONTINUACIÓN) 39 y con conocimiento de todas ellas, lo que pareciese mas acertado para detener al enemigo, se les escribió segunda vez que cumpliesen con lo mandado; cuya órden llegó á sus manos en la misma sazon que aquel y sus tropas estaban tan inmediatas al dicho Ayavirí, que no pudo efectuarse la retirada con el órden necesario. De manera que salieron como les fué posible, cayendo muchos en manos del traidor, á quien se juntaron, ó por malicia, ó por la lisonjera seguridad de sus vid~ . y sus personas, que tuvo cuidado de prometer, publicando que su ánimo nunca tenia por objeto el agravio de criollos, sino solo el, exterminio de corregidores y chapetones, y quitar repartos, alca– balas y mitas de Potosí. 4. En esta misma razon se formó un Consejo de guerra, para de– liberar sobre las resoluciones que convendría abrazar en la situacion en que estabamos; y habiendo expuesto el Coronel y Teniente Coro– nel de caballería de Lampa, se guarde desconfianza en la conducta de los milicianos, en quienes no sirve de gobierno el honor, para el arre– glo de sus operaciones, mayormente hallándose provocados con el in– sidioso atractivo de que no sufrirán la menor violencia ó perjuicio, y teniéndose presente, que una mayor parte de la pólvora y balas, dispuestas para nuestras armas, habian caído en poder del indio en el mencionado Ayavirí de que se hizo dueño, juzgamos de que pa– recia mas acertado el retirarnos al pueblo de Cavanilla: y se hu– biera practicado, si al mismo tiempo de intentarlo, no se hubiera ad– vertido que las milicias del pueblo de Lampa no verificaron su reunion. 5. Por esta causa el Gobernador de Chucuito y yo despues que llegamos al dicho Cavanilla, en compañia del de Lampa, Azangaro y Carabaya) nos dirigimos con nuestras gentes á nuestras respec– tivas provincias, marchando los otros á la ciudad de Arequipa, en solicitud del auxHio que ya el primero tenia pedido. En este caso, en que podia ya contemplarse la capital de Puno, como barrera de estas provincias de arriba, sugetas al gobierno de este vireinato, y con ánimo de defenderla, pasé revista de mis gentes, que las hallé completa'3, y solicité que el Corregidor de la Paz y el de Chucuito, me franqueasen algun socorro, que no fué posible alcanzarlo, y aun á pesar de los posfüvos deseos con que el último pretendía unir sus fuerzas con las mías, para que entrambos obrasemos de acuerdo, porque se hallaba sumamente inquieta su provincia. 6. En este estado, que fué sumamente doloroso y sensible á mis deseos, y á vista de que todos los que podian servir en iguales cir– cunstancias determinaban . salir ya de e.sta villa, para retirar sus familias y sus muebles, y sustraerse del furor y latrocinio del trai-

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