La Rebelión de Túpac Amaru La Rebelión continuación

DOCUMENTOS DE LA REBELIÓN DE TÚPAC AMARU (CONTINUACIÓN) 885 Sentía por todas partes una conspiración contra mí, y que la compasión se había desecado en todos los corazones; el carcelero y sus satélites me veían con la misma ropa que había sido introducido, y sin cama, y jamás mostraron querérmela mejorar; veían mezclar mis lágrimas cada día a un alimento inmundo y usurpado a los pe– rros, y no obstante se quedaban con dos reales diarios que el gobier– no tenía destinados para prolongar mi vida; entre las innumerables que se ~ucedían y que ostentaban un poder absoluto sobre mí, nin– guno :tuvo la humanidad de ponerme en comunicación ni unos po– cos instantes con mi madre y esposa que tenían mi misma suerte en distinto calabozo cada una, y en incomunicación entre sí; y antes al– guno de ellos me dió tal golpe en la cabeza que hasta ahora conser– vo las señales por haber mostrado repugnancia a sufrir el suplicio de pasar por las calles cargado de inmundicia, de oprobio e injurias; mi resistencia no fué expresada sino por las palabras más sumisas que produce un hombre oprimido sin recursos; yo quise hablar a su compasión y no oponerme a su fuerza; mas los opresores no conocen este sentimiento. Después de un año de estos padecimientos, fuí sentenciado a seis años de presidio. Areche quería mi muerte, y Avilés se opuso a uno y otro, y se me dió la libertad. Volví a mi casa con ideas bien dife– rentes; la justicia me parecía una quimera, los hombres una fieras, los tiranos unos monstruos; con esta revolución interior resolví con– centrarme en mi familia y con algunos desgraciados como yo si en– contraba; era tal mi debilidad y el efecto de las impresiones que ha– bía sufrido que en seis días apenas pudimos caminar el espacio de 14 leguas que había del Cuzco a mi casa. En una miseria casi irreparable, con nuestros queridos parien– tes sacrificados a la venganza y rabia de sus enemigos, nos fué inso– portable el aspecto de una morada donde la fidelidad conyugal, el amor filial, la economía, el trabajo y el más ardoroso patriotismo se habían nutrido con pureza, y que se nos presentaba como un tro– feo del triunfo de crueles opresores contra esfuerzos magnánimos y justos. Esto nos afligía al mismo tiempo que no teníamos con qué alimentarnos ni cubrir nuestra desnudez, y que todos mostraban un desprendimiento y desdén todavía más opresores que todo. Un año luchamos para nutrirnos miserablemente y llenos de zo– zobras, contra los obstáculos que oponían a nuestra industria las preocupaciones y una especie de guerra del poder. Los rumores de la opinión, el desprendimiento de nuestros mejores amigos, un des– precio casi general, y la proscripción que nos hacían sufrir, unos por

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx