La universidad: libro XIV de claustros (1780 -1790)
210 (ff. 168) CARLOS DANIEL VALCARCEL ordinarios autorisandolos el Secretario, sin embargo la facultad ornnimoda para las Cosas regulares y economi– cas se pone en su mano quedandole las de mayor monta con dependencia del Claustro. Para eso como el tren y decoro exterior es proporcionado á infundir veneraciones se le coloca en el aciento mas preminente, que nadie pue– de exeptuando los Vice Patronos, ocupar con ningun pre· testo aunque este revestido de las mayores prerrogativas: se le presta el mayor respeto, y subordinacion, por todo el Gremio: se le ha impartido por concecion Regia del Se– ñor Don Felipe 4<? el llebar la palabra en nombre de su Claustro inmediatamente (sin que deba interponerse cuer po otro alguno) al Yllustre Cavildo, y Regimiento de es– ta Ciudad en todos los actos de etiqueta publica: se le ha indultado en obtener lugar en virtud de ruegos y en– cargos, y Decretos superiores en la Santa Yglecia Metro– politana enfrente del Sagrado Pulpito de Rexas, adentro en la cavesera con sus brasas de las tres ileras de escaño que le toca mandar poner para que le acompañen todos sus miembros en las funciones d.:! su acistencia se le ha concédido por la Ley la facultad de traer dos Negros La– cayos con espadas: que le ha comferido por Real Cedula el honor / de que los Exmos. Virreyes le den la mano en las vezes que vengan á la Escuela aun á presencia de la Real Audiencia. Lo reconosco de todo esto, y restante apa· rato que se ha omitido; de nada, ó poco sirviera sino se entendiera á mas con algun mandado efectivo, y Real ~u autoridad. Ella desde luego va hasta celar el buen con– cierto de los papeles en el Archivo, y la exactitud de las Lecturas en las Aula5: á mirar por la tranquilidad de los Claustros, multando á los que indiscretamente se atrevie– sen en ellos cor expreciones poco medidas: apenas fuera de ellas hasta un monto señalado, y despues mas ampliamente á los que andan omisos en la obcervancia de sus deveres á corregir los exesos de Juegos, dcbaneos, y distracciones de los Estudiantes poco juiciosos, á defender como su primer Hijo los fueros que se le han confiado de una Ma– dre tan autorizada compareciendo para ello en los Tribu– nales Superiores contra los que intenten vulnerarselos, sin dejar Je ocurrir á lo Supremo del trono con todo acata– miento en los casos _que lo exija la nesecidad de los estu– dios como lo hizo ahora ciento cinquenta años en la de
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