La universidad: libro XIV de claustros (1780 -1790)

242 CARLOS DANIEL VALCARCEL scnta, y dos fue el primero que dejó de satisfacerlos, y aun hasen ver las cuentas de su tiempo que en razon de ellos pagó seiscientos pesos que es regular fuesen por al– gun quebrado de tiempo que mediase hasta que se verificó del todo la mencionada ausencia; y sea como fuese los anteriores Provinciales pagaron á los Cathedraticos sin novedad segun se hace constar por la poco ha citada cer– tificacion. Que por el fallecimiento de dichos Padres Barroeta, y Daga dejaron de preverse sus Cathedras en larga serie de años que duró la vacante hasta el de mil setecientos setenta, y nueve que fueron nombrados en ellas los refe– ridos Padres Maestros Astuy, y Suero siendo el primerc Provincial, á quien segun tiene noticia este Claustro, se le estimuló por el Superior Govierno para que las pusiese en exercicio é hiciese efectiva la consignacion de sus ren– tas á fin de contribuirlas assi mas expeditas en su regu– lar servicio, y mas apetecible como seguramente no lo havian sido, y lo acreditaba la larga Vacante en que na– die se havia movido á pretenderlas; y aunque no lo exe– cutó assi pudieron servirle de vastante escusa las turba– ciones sobrebenidas principalmente en las Provincias al– tas del Reyno donde se hicieron impracticables las co– branzas de muchos ramos respectivos á la Provincia cuyo cumulo compuso la conciderable suma que se save dejo de percivir, y puntualisó :':!n sus cuentas para que la re– caudase su subsesor: con lo que es visto no ser otra en realidad la causa de no haverse contribuido sus salarios á los Cathedraticos que no haver quien los demandase, ya por ausencia d~ los que podian hacerlo, y ya porque muertos éstos no se subrrogaron otros en sus cargos: sin que se pueda traer por exemplo contrario el del Re– verendo Padre Maestro Fray Ygnacio de la Concha que el uaico que resta por citarse, á quien se dejó de pagar igual mente desde el tiempo segun se ha dicho del Padre Pro– vmcial Muñas, y sino exigió lo que le era devido seria sin duda porque reservaba el uzo de lo que producía fincado su crecido patrimonio; y porque no havia de estrechar de aquel modo á la Religión quien como es notorio expendió tan laudablemente á beneficio de ésta tanto de Prior co– mo de Provincial las importantísimas sumas que hacen ver sus cuentas. Ultimamente concluyendo este punto I

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