La universidad: libro XIV de claustros (1780 -1790)
LIBRO XIV DE CLAUSTROS destino con que les dio su origen. Si en ellos la tierra se retira, es por no darle pie en que se haga mas firme el ardimiento. Si se commueve el ayre, su impulso facilita la fuga; único medio que le queda al hombre para hurtarse al peligro. Si se dilata el agua en su extension, la vari~dad de rumbos dificulta su alcanze. Si el fuego en fin no tiene otros muros que vencer, sino unos leños, pastos débiles de su voracidad; alli tambien encuentra de contra– rio otro elemento que ahoga su actividad, ó en su inquie~ tud dexa de ser certera. El hombre es el Tyrano, que con violencia los hace servir á sus pasiones. Precipitado y vano no previene los riesgos, ni cede á su arduidad; y quando la conoce insu– perable, corrompe á la naturaleza, por si halla en sus por– tentos auxilio la osadia. · No hablo con V. E. en esta parte; por que su alma n<;> menos philosopha, que grande; si jamás fue abatjda en los peligros, y vio siempre de espaldas al temor: nunca igualmente ha sido bárbara feudataria del despecho, ni se apartó obstinada de aquellas sendas de seguridad que le ofrecia su reflexion, por fiar imprudente los sucesos á extraordinarias contingencias. Y podrá mi memoria repa– sar los exemplos de su aliento? ¿Podrán mis voces repre– sentar á V. E. en lid, qual roca firme, con las ondas y vientos. venciendo tempestades, contrastando tormentas? ¿Que aqui naufraga ya, y se liberta en una nave destro– zada y rota, infausto resto de toda una Esquadra sumer– gida? ¿Que en otra alli, sin jarcias, masteleros, y velas, se expone á las injurias del temporal mas recio? Que ya encalla, ya choca, ya zozobra? ¡Pero qué, si se añaden á los ceños, del mar las acé– dias del hombre que enciende y pone en arma contra su misma especie otro elemento! ¿Podrán, vuelvo á decir, despertar las idéas de aqu.el sagrado empe-ño y religiosa ofrenda de su esfuerzo, quando en las Carabanas sojuz– gó V. E. tantas veces la orgullosa altivez del Othomano? ¿De esas expediciones, en que corrió los mares solicitarn;lo con generosa instancia los enemigos del Estado, para impedir sus invasiones, reparar sus insultos y establecer con su escarmiento á la Corona la quieta posesion de sus Dominios? ¿De aquellos lances críticos, en que dudoso Marte se desayra el aliento en la misma neutralidad de la victoria; ó en que la superior y doble fuerza del contra-
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