La victoria de Junín canto a Bolívar
a sus respectivas poesías dentro de un mestiza– je literario romántico. Y después de su Oda a la Victoria de Ju– nín aún mantendrá el tono ditirámbico de la poesía coral en otra Oda: Al General Flores, Vencedor en Miñarica, compuesta en 1835. Pe– ro es aquella otra la que coloca a Olmedo entre los poetas representativos de su época : térmi– no del neoclasicismo e iniciación del romanti– cismo. No hay Antología Poética de habla cas– tellana en que no se inserte aquellos trozos ini– ciales de su Oda a la Victoria de Junín, donde el poeta emplea la onomatopeya con facilidad y con efectivos resultados : "El trueno horrendo que en fragor revienta y sordo retumbando se dilata por la inflamada esfera, al Dios anuncia que en el cielo impera. Y el rayo que en Junín rompe y ahuyenta la hispana muchedumbre que más feroz que nunca amenazaba a sangre y fuego eterna servidumbre; y el canto de victoria que en ecos mil discurre ensordeciendo el hondo valle y enriscada cumbre, proclaman a Bolívar en la tierra árbitro de la paz y de la guerra . .. " - 11 -
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