La victoria de Junín canto a Bolívar
Olmedo extrajo este dual poder - Dios y Bolívar- de una Oda de Horacio: -Júpiter y Augusto-. Y habrán otras manifestaciones de esa influencia clásica. Pero, por otra parte, la vuelta a una sensibilidad exacerbada del roman– ticismo se muestra en el adjetivo, que galopa al lado de cada sustantivo en un permanente deseo de dar énfasis a las oraciones; y ya es el "alazán fogoso", "la nube tremenda", "el vivo reflejo de la gloria", "los duros opresores"; o el "violento tropel de los guerreros". Lenguaje que le sirve para hacer de todo el poema una verdadera onomatopeya en que se siente un rit– mo acelerado como el de la carga de la caballe– ría, en un acrecentarse del galopar de las frases, sin punto que detenga la fatiga. Los héroes patriotas están envueltos en una ola de vigorosa exaltación. De pronto con indudable "métier", Olmedo baja el tono - pa– ra volver a subirlo después en una sucesión de cargas de caballería y resonar de trompetas– Y dice suavemente: "¿Son esos los garzones delicados entre sedas y aromas arrullados? . .. " Así también, buscando efectos, el poeta ha– ce descender la sombra de Huayna Cápac sobre el campo ensangrentado de Junín-sentimiento filo-indio-; y al anunciar la victoria de los - 12 -
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