La victoria de Junín canto a Bolívar

Borró sus mentirosas inscripciones, Y bajo los escombros confundido Entre la sombra del eterno olvido, ¡ Oh de ambician y de miseria ejemplo! El sacerdote yace, el Dios y el templo. Mas los sublimes montes cuya frente A la rejion etérea se levanta, Que ven las tempestades á su planta Brillar, rujir, romperse, disiparse; Los Andes . . . las enormes, estupendas Moles sentadas sobre bases de oro, La tierra con su peso equilibrando, ( 1) Jamás se moverán. Ellos burlando De ajena envidia y del protervo tiempo La furia y el poder serán eternos De Libertad y de Victoria heraldos. Que con eco profundo A la postrema edad dirán del mundo: "Nosotros vimos de Junin el campo: "Vimos que al desplegarse "Del Perú y de Colombia las banderas "Se turban las lejiones altaneras, "Huye el fiero Español despavorido, "O pide paz rendido. ( 1) Los físicos han procurado esplicar el equili– brio que guardaba la tierra á pesar de la diferencia de masas en sus dos hemisferios. ¿El enorme peso de los Andes no podrá ser uno de los datos para resol– ver este curioso problema de geografía física? -18-

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