La victoria de Junín canto a Bolívar

Se alzan, arman, y el órden de batalla Ufanas y prestísimas corrieron; Y ya de acometer la voz esperan. Reina el silencio. Mas de su alta nube El Inca esclama: "De ese ardor es digna La árdua lid que os espera ; Ardua, terrible, pero al fin postrera. Ese adalid vencido ( 19) Vuela en su fuga á mi sagrada Cusco ; Y en su furia insensata Jentes, armas, tesoros arrebata, Y á nuevo azar entrega su fortuna. Venganza, indignación, furor le inflaman, Y allá en su pecho hierven como fuegos ( 19) El Gefe del Ejército Real, despues de su de– rrota en Junín, marchó precipitadamente al Cuzco pa– ra preparar una segunda acción cortando los puentes del Apurímac. En esta operación detuvo al Ejército Libertador en la orilla izquierda del río. El General Bolívar entonces, dejando las disposiciones convenien– tes, volvió á Lima con el fin de levantar nuevas tro– pas para reabrir la campaña, pasada que fuese la ri– gurosa estación del invierno. En este intérvalo los Es– pañoles reuniendo con una presteza admirable cuantas fuerzas tenían en el Cuzco y demás provincias, y arre– batando cuantos elementos de guerra útiles ó inútiles había en el país, repasaron inesperadamente el Apurí– mac, y se presentaron en Ayacucho con cerca de diez mil hombres, cuando nuestro Ejército apenas excedía de cinco mil. 37

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