La victoria de Junín canto a Bolívar
Aquí, olvidada de su cara Helvecia, Se viene á consolar de la ruina De los altares que le alzó la Grecia, Y en todos sus oráculos proclama Que al Madalen y al Rímac bullicioso (35) Ya sobre el Tiber y el Eurotas ama. O padre, o claro Sol ! no desampares Este suelo jamás ni estos altares. Tu vivífico ardor todos los seres Anima y reproduce; por tí viven Y acción, salud, placer, beldad reciben dicción. Por esto se ha escojido un profeta inspirado que lo prevea todo, un anciano que no omita nada de cuanto prevee, y un Inca que mire con interés cuanto contribuya á la gloria del Imperio. - Por otra parte, la mención que hace de todos los Jefes que debían distinguirse en Ayacucho, sirve de nuevo estímulo á su valor, ya por la anticipada alabanza de sus proezas, ya por la segura esperanza de victoria. Se dirá, en fin que el Inca de este canto sabe mas de lo que pudo saber en su tiempo. - Pero ese era un Inca dotado de espíritu profético, y que según las antiguas tradiciones, predijo la invasión de los Espa– ñoles, el establecimiento de una nueva relijion, y el hado del Imperio. Sobre todo, no debé estrañarse que tenga ideas justas de relijion, de lejislacion y cien– cias del siglo quien habita las rejiones de luz y de verdad. (35) El río Magdalena corre al mar por las cer– canías de Bogotá, como el Eurotas por las cercanías de Esparta El Rímac atraviesa á Lima como el Tiber á Roma. - 53-
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