Los ideólogos: Cartas americanas

84 MANUEL LORENZO DE V IDAURRE En estos días era prohibida toda diversión pública. Si esta era la doctrina de San Crisóstomo en una de sus homilías, era también ley de Teo– docio el joven. La oración frecuente, la enseñanza de los catecúmenos, la asistencia a los sermones, eran los ejercicios que se asociaban a la pública penitencia. ¿Y qué nos ha quedado de todo esto? Definíase el ayuno abstinencia de carnes y única comida. Las bu– las diferentes de los pontífices han hecho que perezca toda la definición. Comprando la bula de la cruzada, se pueden comer todos los lacticinios. ¿Quién por cinco pesos fuertes no adquirirá este privilegio? Las bebidas no se prohiben: las carnes se conceden por una u otra bula: es consentida la parva en la mañana, en la noche la colación, después de una mesa ex– quisita y mucho más agradable que en los días comunes. La limosna, la oración, los sermones no nos ocupan en estos días luctuosos como se expli– caban los antiguos. Cada uno es árbitro de su tiempo y de su dinero. Po– dremos por consiguiente decir que han desaparecido la formas y los fines. Las proposiciones de Erasmo tan condenadas, de un modo tácito se han aprobado. El decía que la calidad de los alimentos era una cosa indiferen– te. Los obispos de Roma hoy los consienten todos con limitaciones nomi– nales. Al medio día se pueden comer aves, y cenar a la noche pescados y mariscos. Es consecuencia de esto, que los pontífices tienen facultad de alterar en lo sustancial sus leyes eclesiásticas. ¿Componen ellos solos la iglesia? ¿Son superiores a los concilios? Yo lo veo por los privilegios, de– rogados en el de Trento, y los otros a que este se refiere. Nuestros ritos merecen la secreta burla de los sabios. El que se atreva a publicar estas verdades, será tenido por un heresiarca, o a lo menos por un sectario de Melancton. Amigo mío callemos: no inculco más en este asunto, y me re– mito a los distinguidos conocimientos de que usted se halla adornado, y que me obligan a amarlo con el mayor y más verdadero afecto. CONTESTACION A LA ANTERIOR Lunes, 30 de Junio. Mi Amigo: Este nombre me da confianza para hablar a usted sin aquellos mis– terios políticos que por lo común desfiguran la verdad. Es la carta de us– ted un compuesto de pensamientos sólidos y cristianos, y de los más gra– ves erroTes. Yo veo como al través de una vidriera la luz del Evangelio, que quiere alumbrar el alma de usted. La continuada lectura de obras ex– tranjeras a nuestro país y religión ha viciado un talento, que bajo de otra enseñanza nos pudo ser muy útil. Aún es tiempo, y yo confío que la Dei-

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