Los ideólogos: Cartas americanas

114 "N!ANUEL LORENZO DE VIDAURRE premo tribunal, que con real orden de veinte de noviembre último se han remitido al Consejo para que las tenga presentes al tiempo de evacuaT la consulta que le está pedida, y enterado asimismo de los antecedentes del asunto, dice: que la consulta que se cita en esta real orden fue pedida al Consejo por otra de veinte y siete de diciembre de mil ochocientos quince, en razón entre otras cosas de la conducta que había observado en la revo– lución del Cuzco el citado Oidor Don Manuel de Vidaurre, la que se eva– cuó en treinta de marzo de este año; y habiéndose conformado S. M. con el dictamen del Consejo, se sirvió Tesolver, que se llevase a efecto la trasla– ción de Vidaurre a otra audiencia de aquellos dominios como lo tenía re– suelto S. M. a consulta del mismo tribunal de veinte y ocho de setiembre de mil ochocientos catorce, previniéndose al presidente o regente de ella le hiciera entender el real desagrado por su carácter díscolo, y que si no se moderaba en lo sucesivo se tomarían más seveTas providencias. Esto mis– mo hizo presente el Consejo en otra consulta que elevó a S. M. en diez y seis de junio último, a consecuencia de no haber encontrado méritos para variar su dictamen en la representación de Vidaurre y documentos con que la acompañó en solicitud de plaza supernumeraria en el Consejo que poste– riormente se le pasaron con real orden de tres de abril anterior para que los tuviera presentes al tiempo de evacuar aquella consulta; y a su vista conformándose igualmente S. M. con el dictamen del Consejo, se sirvió de– sestimar la solicitud de Vidaurre, y mandar se llevase a efecto su traslación y demás prevenido. A esta providencia dio margen, no tanto lo que expu– so el virrey del Perú en carta de veinte y siete de junio de mil ochocientos quince, y lo que representaron los ministros de la Audiencia del Cuzco en cinco de mayo del mismo año sobre la conducta que observó Vidaurre en la revolución de aquella provincia, cuanto Jo que resultaba de su genio vio– lento, atropellado y presuntuoso, como lo hizo ver el que suscribe en su respuesta de seis de febrero de este año, pero sin embargo de esto, insiste el virrey en la carta que motiva este expediente, en que Vidaurre está ani– mado de un espíritu maldiciente y sedicioso, y que su continuación en la toga será funesta a la tranquilidad de sus compatriotas. Las pruebas que alega para persuadir su actual exposición, son las mismas de que se valió pa– ra fundar su informe antecedente, esto es, los papeles declamatorios del mis– mo Vidaurre, cuyo lenguaje ciertamente se equivoca con el de los jefes de la insurrección, según lo confesó el fiscal en su anterior respuesta de seis de febrero, pero con la notable diferencia que en la misma insinuó, y que hoy se halla no sólo comprobada con lo resuelto del proceso que se ]e si– guió a estímulo de los oidores sus compañeros, sino contestada por el mis– mo virrey en su actual exposición, pues haciéndose cargo de las actuacio– nes que resultan del citado proceso en favor de Vidaune, viene a confesar oue en alJ:?;ún modo disculpan su manejo y que no es un rebelde. En efec– to las proclamas publicadas por Vidaurre, las actas de las corporaciones

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