Los ideólogos: Cartas americanas

CARTAS AMERICANAS 115 municipales del Cuzco, las justificaciones que dio en los mismos autos, los informes que a su solicitud se expidieron de Arequipa, el dictamen fiscal a quien se oyó sobre el particular, y en una palabra, el resultado, del proceso que se le abrió a solicitud de sus mismos compañeros, y de que acompaña testimonio literal el propio virrey con su citada exposición, produjeron la declaración que con vista de todo recayó en treinta de octubre de mil ocho– cientos quince, de que lejos de tener la menoT complicidad el citado Vidau– rre en la revolución del Cuzco, manifestó un odio tenaz a la insurrección y sus autores, acreditando sus honrados sentimientos, y su amor Y decisión por los sagrados derechos del rey: que en su consecuencia había sido un fiel y leal vasallo y ministro de S. M. digno de su consideración y que a este efecto se informase al sobernno y al virrey del reino sobre su acriso– lada conducta y celo por la administración de justicia para que pudiera res– tituirse a ejercer su empleo con la seguridad y tranquilidad debida. Este procedimiento y declaración se hacen tanto o más recomendables, cuanto aquel fue promovido por los mismos oidores que en cinco de mayo de mil ochocientos quince, Tepresentaron a S. M. contra la conducta que había observado Vidaurre en la revolución del Cuzco, como queda indicado, y cuanto se actuó y determinó el proceso en esta ciudad, estando Vidaurre ausente de Lima y· sus delatores en el Cuzco: por lo tanto lejos de variar el que suscribe la opinión que formó en su citada respuesta de seis de fe– brero se confiTma y ratifica en ella, por lo que resulta del proceso y expo– ne nuevamente el virrey del Perú. En los papeles de Vidaurre, de que ha– ce ahora mérito el virrey, como en todos los demás de que hizo mención anteriormente, no se encuentra otra cosa que un lenguaje libre, hijo del en– tusiasmo y calor con que Tecibió la llamada constitución de la monarquía española, y acomodado al sistema de aquel tiempo, y aun a su genio y ca– rácter natural que aún le dura, como es de ver de su representación o nue– va instancia en solicitud de plaza efectiva del Consejo, que se acaba de pa– sar a este supremo tribunal según se ha dicho al principio: el fiscal cono– ce lo prejudicial que es semejante genio y lenguaje, y mucho más en aque– llos dominios, y en las actuales circunstancias; y por lo mismo propuso en su citada respuesta que la traslación de este ministro se verificase a una de las audiencias de la península, y con particular encargo al presidente o re– gente de ella de estar a la mira y dar cuenta de su comportamiento y con– ducta pública y privada. Esta medida parece la más propia y convenien– te atendida la necesidad de alejar de aquel continente todo el riesgo y con– tingencias que deben tenerse de un genio tan libre y de un caTácter tan precipitado como el de Vidaurre, y atendiendo también a que no sólo no resultan méritos para privarle de la toga como quiere el virrey, pero ni tampoco para tomar otra prnvidencia más seria contra él, mientras no se le haga entender lo resuelto por S. M. a la consulta del Consejo de treinta de marzo de este año, y se vea su incorregibilidad, y en esta inteligencia,

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