Los ideólogos: Cartas americanas

458 MANUEL LoRENZO DE VrnAURRE CARTA ACOMPAÑANDO LA ANTERIOR NOTA Y DANDO NOTICIA DE LA PROXIMA JURA DE LA CONSTITUCION Diciembre 8 de 1827. Mi amable amigo. Como me he propuesto dar a U. cuenta exacta de los principales acontecimientos en la santa revolución que promuevo, Y al mismo tiempo de todos los pasos de mi vida pública, acompaño a U. co– pia de la nota que he dirigido en esta fecha al ministro de Estado. Traba– jo por la humanidad: la compadezco, porque sufre y porque es ingrata. Este vicio hace que muy pocos se dediquen a defenderla. Visito con fre– cuencia las cárceles. Estos lugares de verdadeTa desgracia fijan mi aten– c10n. ¿Quién me asegurará que no los he de ocupar algún día? Los de– fectos del hombre, le hicieron cuasi descubrir a Platón la caída del primero de los mortales. Será exento de crímenes el que lo sea de pasiones. No es bastante el ser ángel. Milton pinta, pero no pondera las que tuvieron los espíritus puros en el instante en que fueron creados. Mi presencia mitiga el horror de los calabozos: igual consuelo recibirían arrastrando una cacle·· na. ¡Que poco cuesta aliviar a los infelices! ¡Oh si el insensible conocie– se el placer que siente mi alma al pronunciar estas cláusulas! Hablemos de una materia que no está muy distante de la que ante– cede. La jura de la nueva Constitución se acerca. Están acuñadas las monedas con el busto del general Simón. En la orla se escribe, que es Pre– sidente Vitalicio por la Constitución de la República peruana. Aparece su cabeza con la misma corona que distinguió en otros tiempos a los reyes de España. Este es uno de los derechos inmanentes de la soberanía. Cuando Segismundo Augusto Tey de Polonia concedió el derecho de batir moneda a un duque de Prusia, dice Bodin que los Estados reclamaron con el mayor vigor de una gracia que constituía un monarca. ¿Qué falta a Bolívar pa– ra igualarse con Guillermo III antes de Orange, después de Inglaterra? Contemplo que ya es de más alta jeTarquía. Ambos inviolables, ambos co– ronados; pero el nuevo emprendedor con más poder en las armas y tesoros, y con la facultad de abrir a su agrado la dinastía. El Statuderat dependía del parlamento y se le había dicho cuáles debían ser sus sucesores. El co– lombiano es omnipotente, esto me consuela. Destrozan los rayos por lo regular los árboles que se hallan colocados en las cimas. Parece que la in– triga va a cantar la victoTia. Las tropas colombianas se retiran por orden secreta, cuando el general La Mar como presidente de ]a Junta las necesita– ba para concluir la guerra con España. Sucre en el Callao fomenta y aun dispone la anarquía, para que el Perú se debilite con sus divisiones. El mismo hace de modo, que el general Santa Cruz pieTda una victoria que

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