Los ideólogos: Cartas americanas

466 MANUEL LORENZO DE VrnAURRE tro palabras escritas en malísima letra, deseo que se satisfagan. La Euro– pa y la América están en expectación de lo que vamos a hacer. Nuestro honor y la lealtad a la patria nos obligan a ser muy circunspectos. La mis– ma.. franqueza con que me explico, es una prueba de que en mí no hay otro designio que el evitar que se diga de nosotros que hemos puesto en planta una Constitución contra la voluntad de los pueblos. NOTA: Se erró la colocación al tiempo de imprimir; esta carta, y las ob– servaciones debían estar en el lugar que corresponde a su fecha. PANDO REMITE LA CONSTITUCION AL CABILDO Lima y noviembre 30 de 1827. Amigo mío: Con asombro escribo a V. hoy. Pando conociendo que a mi nadie me vence, y que la Corte Suprema no cometerá una maldad tan inexcusa– ble, dando su voto en favor de la Carta de servidumbre, discurrió remitiTla •l Cabildo de esta ciudad, para que examinase las actas de los colegios elec– torales, y diese su dictamen de aprobación. Este es un nuevo poder des– conocido. Este es un nuevo satélite que se mueve por la atracción del gran planeta. Son tantas las ideas que se me ocurren, que cuasi no me es posi– ble ordenarlas. Debe disculpárseme. Es una materia ni practicada, ni es– crita. El Cabildo de Lima, constituido juez de los derechos de todo el Perú, Y con un carácter superior a la repTesentación nacional. Si seguimos a pe– sar nuestro por un momento los falsos principios de los conspiradores, del Cabildo de Lima depende el valor de unas actas, que ellos han llamado re– presentación nacional. Luego es un poder superior. Lo es todo aquel que tiene facultad de examinar y aprobar. ¿Y por qué este poderío en el Ca– bildo de Lima, y no en otros de los demás depaTtamentos? Si se quería echar un velo, aunque muy diáfano, pudieron hacer que todos los cabildos reco– nociesen las actas respectivas a sus lugares, y diesen su voto. No era nun– ca el acto legítimo, pero disminuía la enormidad. ¿Pero, Lima por qué? Por haberse desde el mismo palacio insinuado lo que se había de contestar; porque en borrador se trajo la nota de respuesta; porque se hicieron obser– vaciones sobre ella; porque se dio esperanza de una plaza en la Corte Su– perior de Justicia; porque se les hizo entender a los regidores, que accedie– sen o no accediesen, la jura de la Constitución había de tener todo su efecto. Amigo mío: ¿no halla V. mucha semejanza entre estos actos, aun– que en pequeño, y los sucesos de Bayona? Todo el objeto de Napoleón allí fue con promesas y amenazas las más violentas firmar actas, que la

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