Los ideólogos: Hipólito Unanue
HIPOLITO UNANUE 97 Azcarruns, Escribano Público, según aparece del testimonio incluso en los títulos originales de la hacienda de San Juan de Arona. Se perdieron varias buenas memorias por no ha– ber alcanzado su valor para cubrirlas, de las que después han venido algunos, valiéndose de papeles antiguos, a hacer cargos que no existen. Se hallan además cinco tomos de tí..: tulos antiguos, de las haciendas San Juan de Arona, Gómez, Pepián y Cerro Blanco. N? 19 La casa de habitación de Don Agustín Landaburu debía ha– berse rematado en el año de 1817, con los demás bienes, pe– ro estando tasada en 34,863 pesos, 5 reales, y teniendo de responsabilidad más de treinta mil pesos, necesariamente de– bían perder los capitales por la rebaja del tercio en la venta y para evitarlo se pensó subrogar, en dinero existente en el Consulado, diez mil pesos de un patronato de Don Luis Calvo Dumont, que Don Juan Belzunce, a nombre de Don Agustín Landaburu, había tomado sobre la casa para redimir igual cantidad de capellanías impuestas en ella y que no lo verifi– caron; pero pregonada la casa, se opuso oostinadamente el marqués de Montemira a su remate, diciendo que le pertene– cía por haber caído en comiso, respecto a no haberse pagado el laudemio en sus ventas anteriores a sus antepasados, a cuyo mayorazgo pertenecía. Con este motivo se suspendió la subrogación y se siguió un pleito de que hay testimonio in– cluso en los títulos de la casa a espaldas de Santo Tomás, calle nombrada del Lechuga!. Hasta fines de 1821, no se avi– no el marqués al remate de la casa, bajo la condición de que yo quedase responsable a los réditos que se le debiesen se– gún lo que resultase del pleito que quedó en píe. Procedióse inmediatamente a la subrogación de los diez mil pesos por ante el Juzgado de Letras y se verificó con anuencia del Supre– mo Gobierno, patrón de la referid.a capellanía. La casa se pregonó y repregonó en 1822, ante Don Gerónimo Villafuerte sin encontrar postor, hasta que en julio del mismo año, por encargo mío, la remató Don Miguel Tenorio en 23,229 pesos, todos censos los mismos que yo les he redimido, a excep– ción de unos cuatro mil pesos pertenecientes a Cosme Fis– cayo, Monjas de la Concepción y Santa Catalina, y para cuya extinción se indicarán después otros censos equivalen– tes. También he gastado unos miles en refaccionarla y hacer– le nuevas piezas para que pueda vivir con desahogo la fami– lia. Como aunque estén reconocidos los capitales del Consu-
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