Los ideólogos: Hipólito Unanue

HIPOLITO UNANUE XIII España. Ahí está como perenne testimonio de su preocupación na– cionalista su célebre discurso "Decadencia y Restauración del Pe– rú", que pronunció en la Universidad de San Marcos al inaugu– rarse el Anfiteatro Anatómico de San An'drés: "¡Desgraciado Perú ésta ha sido tu suerte! Abismado en un·a mortal ignorancia de la anatomía, faltaron en las provincias médicos inteligentes, y _las enfermedades internas menoscabaron una parte de sus morado– res". Y más adelan·te proclama su fe en el porvenir del país me– diante el fomento de la ciencia: "He aquí la feliz, la venturosa suer– te que, perdida en el Perú por la ignorancia de la anatomía, va a restaurarle la ilustración y práctica de esta ciencia benéfica". En la Sociedad Amantes del País, Unanue actuó como secreta– rio, alternando con esclarecidas mentalidades de la época, como José Baquíjano y Carrillo, Diego Cisneros, José María de Egaña, Ja– cinto Calero y Moreyra, José Rossi y Rubí y otros. En el seno de esa sociedad académica demostró su profunda devoción peruanis– ta por difundir todo lo relacionado con el suelo patrio, así como su constante inquietud por asimilar y transmitir las nuevas corrien– tes ideológicas y filosóficas que procedían del Viejo Continente. El sabio rto permaneció ajeno a esas ideas renovadoras que amplia– ban el horizante cultural y político y que al proclamar los princi– pios de la igualdad y fraternidad humana y de la justicia social, pre– pararon el camino propicio para la emancipación política de las co– lonias americanas. Este despertar del sentimiento patrio y los au– daces comentarios sobre los derechos del hombre, y por ende del hombre americano, se hacían cada vez más ostensibles en el pe– riódico "Mercurio Peruano", portavoz de la Sociedad Aman'tes del País. Ello despertó justificados recelos a las autoridades virrei– nales, que vislumbraban florecer el germen revolucionario en los artículos del citado periódico, varios de los cuales fueron suscritos por Un·anue o su seudónimo "Aristio". De ahí que fuera clausu– rado a los pocos años de haberse fundado, pero las noticias y los conceptos que pregonó dejaron secuela indeleble en el terreno ideo– lógico que trazó el sendero de la emancipación peruana. No es éste el lugar para discurrir en apreciaciones polémicas respecto a si Unanue realmente conspiró -confarme lo sostiene su descendiente y biógrafo Luis Alayza y Paz Soldán- o si adoptó una actitud expectante sobre el curso de los acontecimien+os mili– tares, inclinándose a las filas patriotas sólo a partir de la ocupa– ción de Lima por San: Martín, como lo han afirmado algunos his-

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