Los ideólogos: Hipólito Unanue

XVIII JORGE ARIAS-SCHREIBER PEZET Cortes de Cádiz. Esta correspondencia, cuyos originales se encuen– tran en el Archivo Moreyra Matute, nos da a conocer las vincula– ciones del prócer con personajes españoles, sus impresiones sobre la situación política y administrativa de la Metrópoli, los pasos que seguía para cumplir sus objetivos y su empeño por lograr éxito en los asuntos que se le habían confiado. Entre los documentos de carácter patrimon'ial, transcritos de los folios que se conservan en el Archivo General de la Nación, tie– ne especial interés la extensa memoria testamentaria redactada por Unanue en 1833. En ella dispone que sus albaceas arreglen su tes– tamento sujetándose a dicha memoria. Hace un·a relación detalla– da de sus bienes, especialmente de los que adquirió de su discípu– lo y benefactor Agustín de Landaburu y Beizunce, de quien fue ad– ministrador, albacea y heredero. Este documento revela su habi– lidad para los asuntos administrativos, tanto públicos como priva– dos. En el inventario y tasación extrajudicial de las casas y bie– nes que dejó Un·anue al fallecer y que fue practicado por orden de sus herederos ante el notario público Gerónimo de V illafuerte, se consigna la valiosa biblioteca que poseía en la casa de Lechu– ga[. Reunía mil quinientos volúmenes, figurando o.bras de filoso– fía, lógica, moral, gramática, física, matemáticas, medicina, cien– cias naturales, geografía, astronomía, historia antigua y moderna, historia sacra, comedias y tragedias griegas, poesía, jurispruden– cia y política, además de multitud de diccion·arios, enciclopedias, memorias de sociedades científicas y colecciones de periódicos y gacetas. Como hombre de la "Ilustración·" el sabio adquirió una cul– tura realmente enciclopédica, enriquecida contínuamente con la lec– tura de las obras de Condillac, Moliére, La Fontaine, Voltaire, La– martine, Lord Byron, Shakespeare, Scott, Descartes, Newton, Cer– vantes, Virgilio, Cicerón, Homero y otros autores clásicos. No fal– .tó ert. esa biblioteca El Espíritu de las Leyes, de Montesquieu;· con– ferencias de San Agustín; La Florida, de Garcilaso Inca de la Vega; la Historia de España, de Peralta; tragedias de Racine; pensamien– tos de Pascal y entre las obras de medicina, la Historia de las E.n– fermedades, de Haller y El Método, de Boerhaave. Bajo el rubro "Grados, títulos, nombramientos y comzswnes científicas y literarias" aparecen diversos manuscritos y diplomas que atestiguan los méritos profesionales de Unartue y el prestigio que tuvo como hombre de ciencia en el país y en el extranjero. Entre las distinciones que recibió destaca su incorporación a la

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