Los ideólogos: Hipólito Unanue
XX JORGE ARIAS-SCHREIBER PEZET tución que farmara profesionales con sólidos conocimientos cien– tíficos y con solvencia moral, en quienes pudiera confiarse la sa– lud del pueblo. La escasez de médicos, reemplazados por char– latanes y curanderos, el deplorable estado sanitario de las pobla– ciones, incluyendo a Lima, y la frecuencia de enfermedades y epi– demias que diezmaban a sus habitantes, justificaba plenamente la creación del Colegio. Unanue se consagró a tan noble labor, pe– ro su tarea no fue fácil pues hubo de vencer las resistencias e in– comprensiones de las cofradías o hermandades caritativas que te– nían a su cargo la administración de los hospitales donde se pro– yectaba erigir el establecimiento. De otro lado, los fon·dos que se requería para ese objeto se veían mermados como consecuencia de las fuertes inversiones que realizaba el gobierno de Lima, para sufragar las expediciones militares destinadas a controlar las re– beliones en el Virreinato de la Plata. Los obstáculos que encontró Unanue a su proyecto no amila– naron su entusiasmo. Antes bien, interpuso toda la fuerza de su prestigio y el poder de su influencia ante el virrey Abascal para que se emprendiese la obra. En su calidad de protomédico del Rei– no presentó un memorial al virrey a fin'es de 1807, solicitando con– cretamente la fundación de un colegio para la enseñanza de la me– dicina y cirugía y de sus ramas auxiliares, a semejanza de los que existían en España. Al fundamentar con poderosas razones tan útil proyecto da rienda suelta a su lírica, vaticinando los beneficios que se derivarán' en el futuro: "¡Oh! Y cuántos bienes van a resultar a esta América, si se realiza el establecimiento del Colegio de Me– dicina. Cada cinco o seis años saldrá de la capital una colonia de Físicos sobresalientes, que lleven consigo los medios de fomentar la población, consolar y curar a los enfermos, con la moral y los modales que debe tener aquel hombre que ha de acercarse al le– cho de la esposa y de la hija." El citado memorial, que encabeza en este volumen la relación de documentos sobre el Colegio de San Fernando, produjo un im– pacto decisivo. Abascal, como gobernante de clara inteligencia y elevado espíritu humanitario, comprendió los alcances y beneficios que traería consigo el establecimiento y le brin'dó el más amplio apoyo. Para ello elevó un oficio a los intendentes, gobernadores y obispos del virreinato, solicitando su cooperación para obtener los .fondos necesarios; instituyó becas para alumnos pobres y encargó la edificación del colegio al licenciado Matías Maestro, el mismo
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