Los ideólogos: Hipólito Unanue
38 JORGE ARIAS-SCHREIBER PEZET tigos pareció Don José Zaldívar, vecino y del comercio de esta ciudad, a quien doy fe conozco y dijo: que por cuanto el día ca– torce de Junio de este presente año de la fecha, se remataron en el otorgante, como único postor las Haciendas nombradas Sart Juan de Arona, alias Mata-ratones, Gómez, Cerro Blanco y Pepián, con sus casas, áperos, plantadas, esclavos de ambos sexos, ga– nados y demás especies y utencilios que constan en las tasacio– nes de ellas, situadas en la Villa de Cañete, que quedaron por fin y muerte del Señor Doctor Don Agustín de Landaburu y que de orden del Señor Conde de San Isidro, Alcalde Ordinario actual de esta ciudad, Juez de la testamentería y por el Oficio Público de mi cargo, se realizó el dicho remate . conforme a derecho en la cantidad de ciento noventa mil setenta y un pesos, cuatro reales, importe de las dos tercias partes de las tasaciones de ellas; de la · que rebajado el valor de los principales de los censos que las gravan, importantes por la razón exhibida y firmada por el Señor Albacea y heredero Doctor Don Hipólito Unanue, la suma de cien– to quince mil ciento ochenta y cinco pesos; su resto de setenta y cuatro mil ochocientos setenta y seis pesos, cuatro reales, que ha exhibido de contado y quedan libres a favor de la testamen– tería y puesta la diligencia de Remate firmada por el Señor Juez, interesados y el otorgante; para que recayese la aprobación res– pectiva, como en efecto se verificó, según consta por menor de los Autos de dicha testamentería seguidos sobre este asunto, que de ellos se ha copiado a la letra, lo que se ha conceptuado útil y necesario en el instrumento de remate que se ha extendJdo y ha firmado en este día ante mí, a el que se remite. Pero como en este negocio no ha hecho otra cosa el otorgante que prestar su nombre, por encargo particular que al efecto le hizo el Se– ñor Doctor Don Hipólito Unanue, Albacea y heredero del Señor Doctor Don Agustín de Landaburu, a consecuencia dí" .haberse concluido sus inventarios, deberes dar cumplimiento a la" dispo– siciones finales de su instituyente y que después de siete años de secuestro un dilatado Albaceazgo no acabase de deteriorarlas, a pesar del esmero que quisiera ponerse, no menos que por las actuales fatales circunstancias, en que con la revolución del Reino de Chile faltan enteramente la exportación de los azúcares, de cuyo ~xpendio saliendo los crecidos gastos que originaría su ma– nutendón y paga de réditos de los censos que las gravan, se ex– ponía la testame:Q.tería, como es notorio, a sufrir atrazos y que tal vez se arruinaran dichas haciendas. como también el citado Se– ñor Doctor Hipólito Unanue en sus propios haberes y por necesi-
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