Los ideólogos: Hipólito Unanue

HlPOLITO UNANUE 49 se ha mantenido en calidad de hija mía, habiéndola alimen· tado como las demás, su color y pelo distinta de los otros dos hijos mios, unido a algunas sospechas, que he tenido me hacen dudar para declararla, con todo quiero se mire con la misma consideración. Mandas 5?-A las mandas forzosas cuatro pesos y a los Santos lugares de Jerusalén dos pesos. 6?- Mando que de mis bienes se tomen veinte mil pesos, que servirán -para imponerlos en parte segura en que rediesen el 3/100 y este producto se destinará para remediar las ne– cesidades de los pobres de las cárceles de esta ciudad; siendo patrón y administrador del, en primero lugar, Don Juan José de Belzunce y después de éste el que él nombrare, y en adelante conforme fuesen entrando en el Patronato, administración, es mi voluntad; nombren quien les haya de suceder. Advierto que si Don Juan de Belzunce no tuviese a bien hacer la fundación mientras viva, en exhibiendo el ré– dito correspondiente, no se le obligará a más, aguardando de su muerte para hacer la fundación. 7?- Es mi voluntad que se ordenase Manuel Gómez de León mi ahijado, hijo de Don Baltazar Gómez de León, primer violín de la Yglesia Catedral de Lima, se le dé una casa para que tenga en el valle de Chincha, cuyos documentos quedan en mi Alacena entre mis demás papeles; y en caso de fallar esta se le proporcione con grúa con que ordenárese de Sa– cerdote. 8'?- En el resto de Capellanías en que tengo facultad de nom– brar Patrones y Caporales nombro y llamo después de los días de Dn. Juan José Belzunce y Salazar, a mi hijo Juan José Landaburu y Belzunce, a falta de éste a sus descen- dientes, después de los que serán llamados descendientes de mi hija María Josefa; y a falta de todos a los pobres de la Cárcel dándole el Patronato al administrador que por en– tonces tuviere, de la fundación que dejo hecha en la Cláu– sula 6'? de este mi testamento, solo con la diferencia que de las Capellanías tomará después de dichas las misas el 15/100 de sus réditos. 9?- Mando se dé la libertad de un mulatillo que está en la hacienda, de edad cuatro años nombrado José Manuel, hijo de una negrita llamada Fermina, y que se le fomente y se le enseñe oficio con que pueda mantenerse.

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