Los ideólogos: Hipólito Unanue

HIPOLITO UNANUE 9 copia de esta deben ir rebaxando en la misma proporcion, con que á beneficio del temple de la Primavera fueron subiendo al gran aumento que tuvieron en el Estio (15). Pero si un frio irre– gular sorprehendiese el Pulmon, se turbará la prudente economia de la aturaleza; la sangre será condensada; y contrayéndose el sólido quedará retenida en sus vasos menores la porcion roja que habia hecho penetrar a llí el calor; ó consti pados sus poros exha– lantes, será reprimido y congelado el vapor que lo humedece, y facilita sus funciones. De aqui se originarán las inflamaciones de pecho, los catarros, y toses molestas. ¡In(elizes los Tísicos, y As– máticos, en cuyos órganos vitales se ven reunidos á los estragos del Estio, los de sus mortales dolencias (16) ! Si en lugar de dirigirse las impresiones del frio á solo el Pul– mon, suprimiesen la transpiracion insensible de todo el cuerpo, retenidas las partículas acres y pútridas que exaltó el calor, du– plicarán la malignidad con la morada, contaminando á todos los demas humores que se hallan dispuestos por la misma razon. Aumentada la corrupcion, y detenida entre el cuerpo, engendra– rá la cólera-morbo, las fiebres continuas é intermitentes de ca– rácter pútrido ó bilioso, y las disentérias. El ver que estas dos últimas se han adelantado al Equinoccio, nos hacen recelar sean f reqüentes y perniciosas. Los Hipocondriacos por la escasez de jugos, y abundancia de partes terreas y ligosas tendrán bastante que sufrir (17). Para precaverse de estos males, es necesario se omitan ya los baños fríos y Ja nieve, y que se adelante el abrigo conforme á la delicadeza y complexion propia. Eviten los enfermizos el ayre de la mañana y la noche. Aquellos que por una costumbre anti– qüada son esclavos del agí y las demas especies, resérvenlas para el Invierno. Los a limentos jugosos serán los mejores para todo género de personas. En este número colocamos las frutas maduras usa– das con moderacion, y á las horas regulares: los efectos de su uso serán tan benéficos, como pernicioso el del abuso de las ver– des. Hay exemplos que acreditan haber sido este orígen de crue– les disentérias, y Jos hay tambien de que las primeras han sal– vado exércitos enteros de esta enfermedad maligna. Los hipocon- (15) Pondus sensim auctum sensim minucndum. Santor. (16) Hipp . 1. c . Aphor. 10-22 . (17) Hi pp . Lib . de Aer. Aq. et Loe . núm. 29 .

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