Los ideólogos: Hipólito Unanue

26 JORGE ARIAS-SCHREIBER PEZET semejante teoría se explican bien todos los síntomas que padecía Francisco Agulla y se perciben las causas y sitios de donde la ema– naban. Igualmente se ve que en la disección de su cadáver debía 5cr el colon el primer objeto de las indagaciones . 8. Disecados los músculos del vien tre y del peritoneo, se ob– servó que el ángulo que forma el colon en la parte cóncava del hír:ado (12) estaba tan alto que tenía enteramente sumergida a aquélla er:traña debajo de las costillas falsas; descendiendo de aquí, seguía su situación na tural orlando la parte inferior del estómago hasta su gran corvadura . Doblada por la parte posterior de ésta, y continuando su di rección en busca del lado izquierdo del espinazo, penetraba en el pecho por una especie de anillo, formado por el encuentro de los apéndices posteriores del músculo mayor y menor del diafragma; lugar en que, según ha notado el más sagaz de los anatómicos, suelen encontrarse a lgunos espacios triangulares cu– b;ertos únicamente por la pleura el peritoneo (13). Estrechado fuertemente el colon por el referido ani llo, bajaba di rectamente a atarse a l riñón izquierdo seguir su colocación acos tumbrada has- ta continuarse a l intestino recto . Debe advertirse, que así Ja parte de aquél que corría del ciego a l anillo del diafragma, como de aquí al recto, se hallaba floja y sin lesión sensible. La extraña perfora– ción que hemos expuesto incitaba a que pasándose inmedia tamente a Ja disección del pecho se concluyesen las observaciones sobre el colon; pero aun quedaban que notar en el h ipocondrio izquierdo otros dos fenómenos bastante raros. El centro del ala izquierda del diafragma se hallaba rasgado por otro agujero que daba paso a una porción del mesenterio e intestinos delgados, que penetrando en el pecho se veían igualmente estrechados, aunque no con Ja fuer– za del colon . El bazo arrojado de su sitio na tural ocupaba la pa rte posterior del ventrículo, muy pequeño, arrugado y envuelto en el redaño. Todas las demás vísceras del vientre se hallaban intactas. Concluído su examen, se principió el del pecho, cortando las ternillas de las costillas del lado izquierdo a una pulgada de dis– tancia del esternón para no herir al mediasti no; y apenas fué divi– dida la pleura cuando saltó un humor insípido y cris talino, seme– jante a l agua natural, que ocupaba la cavidad izquierda. Compu– tada prudencialmente su cantidad, sería de tres a cua tro libras. (12) Dustach., Tabul. 10, figs. 2, 4 et S. {13) Winslow: Traité des musetes, diaphragme.

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