Los ideólogos: Hipólito Unanue

HIPOLITO UNANUE 421 DESCRIPCION DE UN GIGANTE QUE ACABA DE SER CONDUCIDO DE /CA A ESTA CIUDAD 31 Los gigantes y los enanos son dos naciones antípodas, cuya existencia es todavía un problema para los físicos y naturalistas . Tan incierta se juzga la desmesurada estatura que atribuyen a lgu– nos viajantes a los patagones, como la pequeñez de los quimios, habitadores de las montañas de Madagascar. Recorriendo los paí– ses de la tierra, se encuentra que la América meridional es la que ofrece mayor número de testimonios a favor de los primeros. Las historias que nos han conservado sus antiguas tradiciones, refieren que en los tiempos primitivos desembarcó por la punta de Santa Elena, cierta raza de hombres que de la rodilla abajo tenían tanta longitud cuanta tiene en todo su cuerpo el hombre de más alta es– tatura. Los sepulcros descubiertos en las propias costas y los de las provincias de Chichas y Tarija, parece que acreditan aquellas na– rraciones . En el gabinete de Historia natural que vamos formando, tenemos una muela de una momia descubierta en Tarija que pesa libra y media (1); por consiguiente, la momia de que se arrancó debía ser de mucha mayor estatura que el esqueleto desenterrado (1) Un anciano respetable y verídico, que fué dueño de la enunciada muela, aseguraba que el cadáver de quién se arrancó había sido conduci– do de Tarija al Cuzco, a costa de mucho dinero y solicitud del célebre don José Pardo de Figueroa, marqués de Valle-Umbroso, y que éste lo remitió a Madrid; pero que en la nevegación fué hecho presa de los ingleses, quie– nes lo llevaron a Londres. Si el Mercurio llegase por allá podrán estos se– ñores hacer cotejo, y ver si es cierto que al gigante pillado le falta la mue– la referida, dignándose avisárnoslo por medio de las Transacciones filosó– ficas. El M. R. padre Francisco González Laguna poseía otra muela se· mejante, traída de la misma provincia, que pesaba cinco libras y adar– mes, aun fallándole algunos retazos de los raigones. Dirígióla al gabinete de Madrid. ' Como los lugares de la América meridional en que se encuentran to– dos estos despojos son tierras llanas y no hay noticia de haberse descu– bierto en las sierras elevadas y quiebras del Perú, parece que ellos confir– man la opinión de Alberto Haller de ser más corpulentos los que habitan los llanos que los que pueblan los montes . Pero se dirá que estos no son despojos de racionales sino de irracionales, no terrestres (porque no hay

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