Los ideólogos: Hipólito Unanue

lllPOLITO UNANUE 35 ciertos nuestros dictámenes y los límites que deben fijarse a los del vulgo. Pero como esto no puede ejecutarse sin tener por funda– mento una serie de observaciones anatómicas y clínicas que sirvan de puntos de comparación, hemos meditado ir publicando los he– chos que ocurran de uno y otro género. Al pie se colocarán. los corolarios o inferencias que naciesen naturalmente de ellos; reser– vando el proponer por extenso nuestras reflexiones y miras para cuando ya haya un número de historias capaces de formar regla general. Damos principio por Ja siguiente observación anatómica. Un europeo de edad de 40 años, después de haber padecido más de tres meses de disentería en el hospital de San Andrés y pasado por todos aquellos grados que se han descripto en otra parte, falleció el día 15 del presente mes, reducido a piel y huesos y despidiendo un hálito hediondísimo. A pocas horas fué conduci– do al Anfiteatro (1), en donde habiéndosele abierto el abdomen, se notó lo siguiente: el hígado, el bazo, el ventrículo, los intestinos delgados, el redaño, el páncreas, los riñones, los troncos de las ar– terias y venas estaban ilesos. El intestino ciego, el colon y el recto aparecieron agangrenados en esta proporción : las túnicas del recto se hallaban muy esponjadas; su esfínter dilacerado por varios pun– tos gangrenosos, su cavidad sembrada de Jos propios puntos y cu– bierta de materias fetidísimas y manchas amoratadas, que, lavadas con vinagre fuerte, presentaban de trecho en trecho isletas blancas, restos que aun quedaban indemnes de la putrefacción. La parte inferior del colon, desde el recto hasta cerca del riñón izquierdo, en cuyo espacio, como se sabe, forma varios ángulos, estaba fofo Yenteramente reducido a podre. Luego que se introducía el escal– pelo, se dividía en varios pedazos a manera de trapos, a los que mantenían en su situación Ja mayor consistencia de las bandas li– gamentosas de este intestino. Del r iñón izquierdo has ta el ciego estaba un poco inflamado, consisten te y salpicado a trechos de puntos encangrenados y manchas moradas. El ciego se encontró flojo y salpicado de la propia manera . La túnica felposa faltaba en estos intestinos, o se hallaba convertida en un moco podrido inun- (1) Las demostraciones anatómicas han comenzado en el Anfiteatro desde principio del presente mes de junio y continuarán hasta fines de octubre. En cada semana se hace una disección para comprobar, sobre el cadáver, la historia anatómica de las partes del cuerpo humano, que se lee en Ja Real Universidad . En los que han muerto de alguna enfer– medad rara, conclufda Ja correspondiente lección, se registran las causas de su muerte.

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