Los ideólogos: Hipólito Unanue

HIPOLITO U~AXUE Sl3 477 COMPENDIO ESTADISTICO DEL VIRREINATO DEL PERU, A FINES DEL S IGLO XVIII (1) El estado general del Perú, que en cumplimiento de la sobera– nas órdenes de nuestro augusto monarca, principió a publicarse con el título de Gufa de este reino, en el año pasado de 1793, cierra su primer lustro en el de 1797 (2). Como el fin de esta obrita, según los designios del Gobierno, C:cbía ser presentar anualmente un cuadro político-económico del Perú, al echar la vista sobre él, ofreció los siguientes objetos pa ra su formación: J? La actual extensión y constitución física del Perú. • 2? Su población. 3? Los recursos de que subsiste; esto es, su indus- tria, su agricultura, su minería, su comercio. 4? Los fondos que estos diversos ramos ministran, para ocurrir a los gasto indispen- !>ables y necesidades del Estado. S? Las varias jerarquías en que se divide, para el exacto régimen y pronta distribución de la jus- ticia entre sus diversos pueblos, o para el culto de la santa religión que profesan, o para la defensa y protección de una y otra. 6? Y, finalmente, el grado de luz que domina sobre esta porción del gé-- nero humano . La reunión simétrica de tan importantes objetos y la rectifica– ción anual de aquéllas, que en ellos varía con el tiempo, ponían al Perú en estado de ser comparado en cada año con el anterior, y con la balanza en la mano, dirigir con acierto sus intereses. ( 1) Estando para elegirse la Diputación, a cuyo cargo debe estar la formación del censo y es1adística del Perú, sin los cuales no es posible dar un paso acer1ado en los mayores y más útiles proyectos de u1ilidad públi· ca, damos a luz es1e compendio de los cinco lomos de la Guía Política del Perú, que dejó de imprimirse por diversos motivos. Podrá, desde luego, ser útil por las no1icias que comprende y el plan que se propone para conti· nuar imprimiéndolas . Con el propio objeto añadimos ahora algunas no– ta . (2) De la multiIUd de datos y noticias que contienen los cinco volú· menes de la Guía del PerlÍ, se han aprovechado no pocos escritores, así ex– tranjeros como nacionales, copiando materialmente a lgunos trozos, como Helmes, en su Viaje por el PerlÍ y Estala, en su Viajero univer sal, sin que hayan indicado la fuente de donde se surtían . Bien que al segundo le pro· veyó el difunto Lequanda, que no era nada escrupuloso en adornarse de lo propio y de lo ajeno. para hacer el papel de un gran literato.

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