Los ideólogos: Hipólito Unanue

836 JORGE ARIAS-SCHREIBER PEZET porque se batiera la de la Patria, y aunque se empezó a ejecutar, ha quedado a la s~biduría del Congreso el perfeccionarla. Tampoco he podido hacer que se redujeran a moneda menu– da las barras y vajilla de plata que entraban en la Casa, con el fin de evitar la escasez de todo género de numerario, que debe haber con la exportación continua de pesos fuertes por mar, y ninguna reposición por parte de las minas. Parece que la falta de fondos, por la necesidad de pagar de pronto su valor, ha impedido el prac– ticarlo en la cantidad deseada. La Casa de Moneda es una preciosa y delicada oficina, cuyas operaciones deben estar enteramente a isladas, sin mezclarlas con otra ninguna ajena á su instinto; cuyas ordenanzas y leyes, que están bien meditadas, deben observarse con severidad; y en la que es preciso, como lo ha solicitado su perito Director, no falten ar– tistas buenos y hombres instruídos para el manejo del cuño, las máquinas, afinamientos, aligaciones, e tc. En no siendo así, se per– derán, como se han perdido, grandes cauda les. Tiempo es ya de introducir en este suelo las artes y ciencias prácticas, que no se han creado ni adelantan con tanto empeño por el sólo recreo y lujo de los hombres, sino por su verdadera utilidad; y por la inteligen– cia y economía que deben distinguir a las sociedades que trabajan para perfeccionarse de las que reposan atrasadas. No sé si con aquéllas están bien Jos estancos. El de tabaco de Lima subsiste de revendedor en alguna de sus especies, porque no las tiene. El plan de la Tesorería manifiesta, que al año Je ha remitido 100,569 pesos real y medio, como resultado líquido, ab– sueltos sus gastos. En todo el país libre que poseemos, corre libre el tabaco, habiéndose suprimido en la provincia de Trujillo las fac– torías que había. Parte de sus rendimientos se invertían en tiempo del Gobierno español en pagar los censos de Ja deuda del erario. En el artículo primero de los adicionales al Estatuto provisorio se dice: «Animado el Gobierno de un sentimiento de justicia y equidad, reconoce las deudas del Gobierno español, que no hayan sido contraídas para mantener la esclavitud del Perú y hostilizar a los demás pueblos independientes de América.» Los productos del tabaco estancado, o los derechos que de– ben imponérsele si corriese libre, podrán seguir invirtiéndose en la extinción del principal y el pago de réditos de la deuda, que conforme al principio establecido resultare contra el Estado. El máximo de la deuda es de 26.000,000; el mínimo de 10.000,000 por las rebajas que hay que hacer. Si el Gobierno de un país quiere permanecer, guarde los derechos debidos al país; sea fidelísimo

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