Los ideólogos: Hipólito Unanue

HIPOL.ITO UNAKUE 839 debe contar con los medios con que puntual y honradamente cum– pla sus pactos. Si a Ja primera vez falta a ellos, el crédito para siempre se pierde. Por esto querría yo se antepusiera una contri– bución al empréstito, a fin de que el Estado fuera socorrido sin responsabilidad. Cuando se corre el riesgo de perder los bienes, es excelente economía sacrificar parte de ellos para salvar el res– to . La agricultura ha sufrido y sufre infini to por las tropas que acampan en las heredades y por los caballos que allí se introdu– cen. El comercio no tiene estos gravámenes; y aún los derechos que se exigen, son poco más de un tercio de lo que antes pagaba. E1; las arcas del comerciante no entran caballos, ni soldados; de– bC'n, por consiguiente, sin distinción de naturales ni extranjeros, satisfacer una contribución proporcionada a sus fortunas, si quie- 1 en disfrutar de ellas (1) . * 480 DISCURSO DE UNANUE AL SER ELEGIDO PRESIDENTE DEL CONGRESO. SESION DE 20 XII. 822. Hoy ha amanecido la primera aurora de la República del Perú; con ella se ha anunciado que el ejército libertador de los valientes del Paraná, del Maule y del Rímac han llegado a las playas de Arica . El feroz y desesperado enemigo había talado todos los cam– po~ inmediatos para que no encontrasen recursos, y con fuertes destacamentos impedía todas las avenidas. Más no pudo impedir la llama de amor a Ja libertad de los habitantes, que reanimándo– se a la vista de la escuadra devoró cuantos obstáculos se le opo– nían y en medio de la devastación y el desierto hizo brotar auxilios de todo género para que se moviesen nuestras tropas y marchasen a romper las cadenas y a ceñirse de nuevos laureles. Yo he na– cido en aquel suelo de héroes siempre prontos a sacrificarse por la independencia de la Patria . Y mientras que el júbilo público (1) Neque q11ies ge111i11111 si11e armis: 11eq11e arma sine stipendiis ne– que stipe11dia sine 1rib11tis liaberi q11ew11.

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