Los ideólogos: Hipólito Unanue

HIPOLITO UNANUI! 849 d~ la jventud por la vía privativa ;¡l ciertas prof~sion,es científicas, parecen exigir mudar de rumbo, y adoptar un, plan en que de un modo más compendioso se le imbuya en los conocimientos más adecuados al estado de sus potencias, que le puedan se.r más útiles, y de aplicación más general a las diversas circunstancias ge la vi– da: que sirva al mismo tiempo de preparativo y ensayo para las ciencias de profesión: y en que el régimen económico · sea el. mejor calculado para que entre a la participación el mayor nú– mero de individuos posible, sin perjuicio d~l sólido aprovecha– miento . La ilustración general de todas las clases del estado, objeto. principal de nuestro discurso sobre este tan importante ramo, no~ atrevemos a decirlo, creemos se lograría con 'el establecimiento de escuelas en que se seilasen las humanidades y la filosofía en len– gua vulgar, entrando después en el estudio del latín los que lo hu– biesen menester para sus especiales designios. Dos años dados a las humanidades y tres a la filosofía, de los siete a los doce años de edad, proporcionarían un niño, que antes no sirve para ninguna otra ocupación, da muchas esperanzas para después, y que ya en,– tonces debe haber suministrado suficientes datos para saber si sus talentos y su genio harán adecuado a l~s ciencias; en cuyo_ caso, cinco años destinados a los estudios mayores, después de tres años empleados en la latinidad por los que se dedicasen a la teología, la jurisprudencia y m~dicina, darían un joven hecho ~ Jos diecisiete o veinte años. Hablando de estudi9s mayor~s. juntamos con las t_res facul.– tades mencionadas los demás ramos de las ciencias físicas y ma– fcmáticas, para aprenderse profesionalmente de modo que consti– tuyan el arquitecto, hidráufico, minéro, marino, etc. 'Necesitan una dedicación tan formal como las otras, y que hasta ahora se han tratado meramente como parte de un ctirso de artes o filoso– fía. Los cursos de esa especie deben abrazar los rudimentos de todas las ciencias, sin contraerse preferentemente a ninguna: en éllos no se trata de formar facultativos de algún género particular, sino de ilustrar la razón para que disponga a cualquier asunto; siendo una incongruencia llenar de fórmulas a lgebráicas y de teo– rías espinosas sobre los péndulos, los proyectiles y las fuerzas cen– trales, la cabeza de un alumno que ordenaba sus tareas a la con– secución de un beneficio o de un título de abogado. fudo, en fin, pasar es to cuando se trataba de dar a conocer es: pstudios, de imprimir la afición q éllos, y en un tiempo en que la

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