Los ideólogos: Hipólito Unanue

884 JORGE ARIAS·SCHREIBER PEZET ios héroes. Todos tres abrazó el Congreso, y a todos tres ha dado existencia el Consejo. En las grandes Asambleas del Palacio Re– publicano preside la imagen de Bolívar. Sobre el pecho de los ciudadanos de ambos sexos pende su busto, y en la Plaza de Ja Constitución se levanta una enorme mole representativa de los An– des que reciba su estatua ecuestre. Todo esto se ha ejecutado con una pompa que recordaba los días en que entraron en Roma los vencedores del Africa y del Asia, y se les erigían arcos triunfantes . Concluyendo con la idea general del régimen interior del Perú, no puedo olvidar que los correos, por medio de los cuales se man– tiene Ja comunicación entre el Gobierno Supremo y los subalter– nos, quedaron en la imposibilidad de moverse en el tiempo debi– do, por la destrucción general de bagajes. Conforme estos se pro– porcionan, van entrando de nuevo en sus respectivos períodos, y haciéndose más activa y expedita la correspondencia . Colocado el Perú entre los Estados libres, ha contraído con los que gozan de este bien inestimable, las relaciones que voy a ex– poner. La elevación y decadencia de los pueblos no han tenido en la escena del Universo un orden progresivo. De continuo se alteran y renacen de sus ruinas a su pasado esplendor, excitando las su– blimes ideas de los grandes hombres que entonces los honraron. Me palpita el corazón de placer al ver los valerosos griegos resti– tuyendo la antigua libertad y gloria al famoso istmo de Corinto, en que se reunían los diputados de sus repúb licas para arreglar sus intereses, su defensa y prosperidad. Y por una de aquellas armo– nías del Universo, se reproduce esta magnífica escena en mayor escala en el istmo de Panamá . El genio libertador de la América del Sur, es el mismo que ha formado y promueve este excelente proyecto. Las repúblicas de una y otra América han sido informadas de él, y excitadas a remi– tir sus diputados. Cuatro meses ha que existen en él los del Perú, y ya han llegado los de Colombia . Esta República, nuestra más íntima aliada y favorecedora, le ha dado un fuerte impulso, comu– nicándole a los Estados Unidos de la América del Norte y de Mé– jico, a donde igualmente se han dirigido por el Perú amistosas in– sinuaciones que han sido contestadas con mucha fraternidad y se e~peran en el istmo su plenipotenciarios . La República Argentina ha ofrecido remitir sus representan-

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