Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo
84 MIGUEL MATICORENA ESTRADA te retrato falso y criminal subyuga y sorprende los ánimos" cie– gos por el engaño, prevenidos por la ilusión. A su vista claman; perezcan los tiranos, su destrucción honre nuestra muerte. Ella se acompañe con el lamento y sollozo de los enemigos, no con la risa e insulto de los opresores. Esa culpable y delincuente voz es señal del desorden. La sedición principia. El bárbaro solici– ta apoyos al delito: ruega, alucina, promete, e intimida. El pue– blo inconstante y vario se le acerca. El monstruo se burla de la religión, y sus ministros; no respeta al príncipe, ni al que lo re– presenta con un solo golpe atraviesa al joven, y en sus brazos al viejo venerable. El hermano, el esposo, la modesta virgen, expi– rantes por la execrable mano del rebelde, el encono lisonjeando a la atrocidad con el inhumano placer de aumentar sus horrores; tal es el trágico espectaculo que V. E. descubre en los prime– ros pasos del gobierno. [23] ¿Mas de qué modo serena V. E. la inquietud, ahuyen– ta la consternación, y fuerza a la ferocidad? La sangrienta po– lítica aconseja que el ultraje ha de de tener término, pero no su castigo; que el perdón autoriza la ofensa, que es flaqueza ceder a la piedad. Se complace viendo al indio abatido luchar con los horrores de su suerte, e implorar el cuchillo por fin de sus tor– mentos. Pero V. E. desprecia esos partidos (31). Prudente con– sidera que la vida del ciudadano es siempre preciosa y respeta– ble (22): que destruir a los hombres no es ganancia, ni aquella paz apreciable a que debe aspirar la guerra, el combate, y la victoria (23),, que las pérdidas igualan y equilibran vencedor, y vencido curator in bona saeuiret. AEque discordiam Praepositorum,, aeque concordiam subiectis exitiosam. Alterius manus Centuriones, alterius uim et contume– lias miscere. Nihil iam cupiditati, nihil libidini exceptans. In bello fortio– rem esse qui spoliet: nunc ab ignauis plerumque et imbellibus eripi domos, abtrahi liberos, iniungi delectus, tanquam mori tantum pro patria nescien– tibus. Tacit. in Agric. 15. M. Crevier en su hist. de los Emperadores juzga que este pasaje de Tácito está corrompido. Véase el tomo 4, lib. II, en donde lo traduce dán– dole el sentido más conforme a las circunstancias de aquel tiempo. (21) Maleuolus et insidus Maiestati tuae comprobari potest, qui persua– sionem, ut propias regiones ferro, seu flamma deuastares, tibi largitus est. Oderic. Vital. Hist. Eccles. Lib. 6. (22) Sit apud Principem parsimonia uilissimi sanguinis. Séneca. Lib. l. de Clementia. (23) Tácito en la vida de Agrícola, cap. 30, vitupera esta conducta en los políticos sanguinarios de su tiempo que, como él dice, llamaban dar la paz
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