Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo
JOSE BAQUIJANO Y CARRILLO 85 (24); que las armas que sólo rinde el miedo, en secreto se afi– lan, brillan y esclarecen en la ocasión primera, que promete ven– tajas (25). Penetrado de estas sabias reflexiones se presenta V. E. en Tapigue a tratar de la paz con los rebeldes. La dulzura, la afabilidad los sujeta, y domina, doblan la rodilla reconociendo ese amor del bien público que encadena al valor, desarma la victo– ria, ciñe y adorna el apacible altar de la firme concordia. Ge– neroso Barbón, no imputeis al reino una culpa que abomina, de– testa, y quisiera abismar a costa de su sangre. Los monstruos nacen en todos países (26). El fiel americano te ama, venera, y respeta: la bondad de tu corazón le es bien conocida. Desprecia la infame delación que calumnie a tus pueblos; sorpréndela en los artificios con que intente ocultarse; fija contra ella el ojo se– vero de tu indignación, pues pretende dividir al padre de los hi– jos, y formar ese cruel divorcio del vasallo y del monarca; es digna de tu enojo, y que perezca víctima del abatimiento, la exe– cración y el odio (27). Continúa, y conserva tu protección y agra– do al héroe superior a quien elogio, pues sus nobles proyectos te apoyan y cimentan el amor, la fidelidad y el reconocimiento. a una Provincia el hacer de ella un desierto: ubi solicitudinem faciunt pacem appellant, que es la expresión que repetía el palatino de Posnania, padre del rey Estanislao Leszczynski, en una de las dietas de la Polonia. (24) Communis Mars, inque inuicem perimit perimentem. Homero (25) Malo coactus qui suum officium facit, Dum id rescitum iri credit, tantisper cauit. Si spera fo re clam, rursus ad ingenium reddit. Terent. in Adelphis Act. I, Scen. I. (26) El arzobispo de París en su Pastoral, publicada con ocasión del sacrílego atentado contra la augusta persona de Luis XV exclama: A Dios no agrada, que todo el que lleva el nombre francés sufra la infamia de acción tan execrable. Los monstruos se encuentran en los más bellos países de la tierra. El desgraciado que levantó su detestable mano contra el ma– yor de los reyes, ha nacido entre vasallos inflamados de amor y celo al oberano. (27) Rica escribiendo a Ibben refiere la muerte de Carlos XII Rey de Suecia, y añade: Al instante fue arrestado su primer ministro (el Barón de Gortz) y los estados le condenan a perder la cabeza. Se le acusa de un. gran delito, y es de haber calumniado a la nación, y héclwle perder la confianza de su rey: culpa que merece, en mi dictáme11, 11Lil muerte ; poi que i es una acción pe1versa de~co11ceptuar n el espíritu del prrncipe al 1nc1zor de los 1•asallo\, ¿qué grave 110 será alum11iar a la 11acio12 e1ztcra, pam lzaccrle perder la estimacióll de aquel, que la providencia Tia establecido para for– mar su f 1.:liciclad? Carta 127, ck las Pc1.. ianas.
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