Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo
JOSE BAQUIJANO Y ARRILLO 91 industria, protege las artes, obliga a los peñascos a que le tribu– ten sus riquezas (42), y atraviesa con rapidez del polo al Trópi– co, de una zona a la otra para formar la comunicación de todas la naciones (43), no desmayará estancado por los fingidos estor– bos y mbarazos de un empleado infiel, que culpable prevarica– dor de su destino, detiene e impide por capricho, o sórdido inte– rés, la concurrencia del efecto y mercancía. Temblarán esos cri– minales subalternos, pues el delito, el vicio, y desarreglo, no en– contrará protección que lo ensoberbezca, ni impunidad que lo disimule. Así todo prospera (44): se aumenta y se solida la pa– tria, pues el soldado intrépido se expone en su defensa, sin que lo marchite el triste pensamiento que su sangre fabrica cadenas y prisiones para sus descendientes. El ciudadano no le niega a los campos el cultivo, ni escasea los riegos (45), pues no le ate– moriza la perspectiva lúgubre de una vejez sepultada en los asi– los de la mendicidad. El soberano premiando á V. E. con el título de teniente general de sus reales ejércitos, y fiando a su cuidado el gobierno importante del Perú, da a conocer que aprue– ba y ratifica esa esclarecida conducta, que fomentando las artes las letras, y las ciencias, asegura por ellas los derechos verdade– ros del trono, y los recomendables intereses del cetro y la coro– na (46). (42) .. . ltum est in uiscera terrae, Quasque recondiderat, stygiisque ad– mouerat umbris, Effodiuntur opes. Naso de Inuent. Aurifodinae. (43) lmpiger extremos currit Mercator ad Indos, Per nwre pauperiem fugiens, per saxa, per ignes. Horat. lib. l. epist. l. (44) Estos son los ardientes deseos de nuestro soberano, hacer la pros– peridad de sus reinos y formar la felicidad de estos distantes dominios. Con este noble fin vemos en el día establecida una Visita general confiada al Señor D. José Antonio Areche, a quien puede aplicarse con justicia la expresión con que Veleyo Paterculo caracterizaba a un ilustre de los pasa– dos tiempos: Vir togae dotibus eminentissimus saeculi sui. (45) Una de las mayores calamidades que puede sobrevenir a una monar– quía, es el abandono de la agricultura. Todo lo que pierde el cultivador lo pierde el príncipe: la prosperidad del soberano pende de la del labrador, dice Valentiniano III, en su Edicto. (46) Los ciudadanos sensibles a la gloria por la cultura de las letras, son para el manar a vasallos mas elosos: aumentando la fuerza del lzonor, asegurall el trono de quien C5 apoyo .. La luces que c5pu1ce1i la le,ras y las artes, han disipado sa noclze obscura, esas sonzbnas nubes, que una ch! 7ª religión acumulaba alrededor del trono, exponiendolo a golpe fulles– tos.. . Ellas multiplican esa f fices cadenas, esos lazos de flore que nos atan a la autoridad, y que en Hllestra. misma sumisión 1ws /1acc e11co11trar la libertad y el reposo. Disc. sobre las Letras y la~ Arte impreso l..!n orna, afio 1769.
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