Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo
92 MIGUEL MATICORENA ESTRADA [28] Si el tiempo no me violentara para que concluyese, si instruido en el divino don de la palabra correspondiese mi ex– presión a mi deseo, cátedra ilustre ¡qué bien demostraría tu recono– cimiento y gratitud! CARLOS, a quién una pluma honor del siglo y la nación (47) caracterizaba del monarca sabio, previene, se de– puren en la enseñanza las preocupaciones de los partidos, las ex– travagancias de las sectas, y los envejecidos absurdos de la escue– la. Ordena que olvidando el servil respeto que de edad en edad se ha transmitido para esos antiguos dioses de la filosofía y la moral, sólo se atienda al clamor de la razón y la evidencia. Pero fatales circunstancias embarazan sus justos designios; sólo pro– ducen el frío invierno de la inacción. Ese enjambre de industrio– sas abejas, que a la sombra y abrigo de estos claustros, fabrica– ban con celo el panal de la doctrina, se dispersan, y ahuyentan: caen en un profundo letargo, pues la escarcha y granizo del aban– dono ha resfriado la emulación de los espíritus. Muda en su so– ledad, gimiendo en el silencio, apresuraba por sus votos la aca– demia la restauración de su gloria. Un gobernador, cuyo nombre ha esculpido la América en los anales de la virtud, proyecta y principia esa importante obra (48). Pero a V. E. se reserva pre– cipitar las tinieblas en el caos, y hacer revivir la primavera. El obscuro Eolo se retira, el apacible Zefiro excita a la labor (49); se ve suceder el pronto ardor, la alegre actividad, al lánguido des– mayo, y al mortal reposo en que yacía la aplicación para el útil trabajo. [29] Todo renace, se anima y se conmueve. El astrónomo mi– de y determina la distancia de esos globos de luz,: que con tanta profusión y armonía ve sembrados en las inmensas regiones de los cielos: describe sus esferas, calcula sus movimientos, y fija sus revoluciones. [30] El filósofo sujeta al examen todo lo que tiene vida, sen– timiento y existencia. Observa las plantas, las flores y los frutos; (47),El Iltmo. Señor D. Fray Benito Feijoó, en la carta Dedicatoria del tomo 4 del Teatro Crítico. (48) El Exmo. Señor Don Manuel Guirior Virrey de estos reinos. Los modelos de probidad, dice el Abad Milot, son raros en todos los tiempos: en el nuestro, en que son más necesarios que nunca, el historiador debe adoptarlos con ardor y citarlos con aliento. Memorias Políticas del Duque de Noailles. Tomo I, pág. 51. (49) Venít post mullos una serena dies. Tibul. Lib. 3. Eleg . 4.
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