Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo

118 MIGUEL MATICORENA ESTRADA et contemnam illud hodie, vobisque restituam (13). Yo, por mi par– te, después de exclamar con San Bernardo sobre este mismo pa– saje: O! si talium daretur virorum copia (14), al considerar que nuestro virrey regresará a los Reinos de España no rico y colma– do de bienes como los demás virreyes, sino pobre como ninguno, aún de los menos aprovechados corregidores, y lo que es más, sin ahorro alguno de sus sueldos, según lo anuncian su notorio desinterés y generosidad, no puedo menos que aplicarle lo que el mismo San Bernardo, asombrado de ver que un Legado de la Silla Apostólica volvía pobre de la rica tierra en que por muchos años había ejercido su legacía, dijo a nuestro propósito: (**) Non– ne alterius saeculi res est, redisse legatum de terra auri sine au– ro? transiisse per terram argenti, et argentum nescisse? (15) Co– mo si se dijera ¿no es, por ventura, la cosa más extraña de nues– tro siglo, volver un virrey sin oro ni plata de la América, que es la tierra de la plata y el oro? Esto) que a la verdad sólo parece propio de aquel siglo de oro que forjó la fantasía de los poetas, lo ha realizado nuestro virrey, para gloria inmortal de los ameri– canos. [57] Concluyamos esta prueba en que si me he detenido de– masiado, me disculpa sobremanera el amor patriótico, estimula– do con los tiros que nos asesta la emulación y el desafecto. ¡Ben– dito sea mil veces el ministro encargado de su gobierno, cuyo ge– neroso ánimo se halla exento de sus bastardas impresiones! Nin– guno de esta provincia, después de tan colmado beneficio, debe dudar de su más puro amor y de la particular atención que le merecen sus ventajas y utilidades. Cualquiera americano, con los ejemplares que he alegado, debe prometerse el favor de sus mer– cedes, siempre que se haga digno de sus gracias, y si alguno se considerase postergado, no debe imputarlo al espíritu de parcia– lidad, sino o al defecto de verdadero mérito, o a la distancia que (13) "Declarad contra mí delante del Señor, y de su ungido, si me he alzado con el buey, o asno de alguno; si a alguno he calumniado, si le he oprimido, si he aceptado cohecho de mano de alguno; y hoy lo mira– ré con desprecio, y os lo restituiré" (Felipe Scio de San Miguel, ob. cit., t . II, p . 115) . (14) "¡Oh, si hubiese multitud de semejantes varones!" (**) De Consideratione, Lib. IV. cap. 5. (15) ¿No es, acaso, cosa de otro siglo haber regresado un enviado de la tierra del oro, sin oro; haber cruzado la tierra de la plata y haber ig– norado la plata?

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