Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo

216 MIGUEL MATICORENA ESTRADA secretario que fue del Obispado del Cuzco y protector fiscal de indios naturales . Excelentísimo señor: El fúnebre elogio de la reverenda Madre María Antonia de san José Larrea y Arispe, pronunciado en la iglesia del monas– tero de Trinitarias descalzas por el reverendo padre presbítero fray Cipriano Gerónimo de Calatayud y Borda, convence que nu.es– tro siglo no es la desdichada época de la corrupción, el desord_en y desarreglo, ni el claustro la pavorosa tumba de la ~locuenci~, amenidad y buen gusto. El bien y el mal se reparten en todas las edades en .una igu.aI medida. Los tristes anales del tiempo, estos vastos vencedores del olvido e imparciales testigos de todos los sucesos, descubre.n en el globo infeliz que habitamos la misma alternativa de yi<;:ips y virtudes. Los primeros culpables fueron delincuentes sin ater;i– der a ejemplos, ni modelos. Conmovidos por el torrente impetu9so de la ambición (a) inundaron en sangre las villas, los. pueb.los. y los imperios; armados del cruel puñal de la venganza dieron gol– pes mortales a la amistad, la patria y la naturaleza; ciegos por el fuego destructor del fanatismo esparcieron el incendio de la guerra, y el rayo de la desolación. Y si, a pesar del abatimiento a que debe reducirnos la brevedad de nuestros días, el soplo ar– diente de las pasiones no cesa de variar a el infinito la escena del Universo ¿cuáles serían los excesos de esós voluptuosos; y" con– quistadores, pues tenían en per~pectiva (b) qcho q rjueye"sigk»s ae vida e impunidad? El fervor de la fe, si ha sufrido debilidad y decadencia por la continua sucesión de los tiempos, las costum– bres de los que conservan ese sagrado don son más análogas a sus sublimes principios. Así no degradando a los hombres con el tono cínico, agrio y feroz, que jamás ha sido el carácter de la verdad, ni puede merecer sus r espetos; despreciando las enve– jecidas quej as (e) y delirios de esas fogosas imaginaciones, que (a) Discurso del reverendo padre Ceruti sobre el Origen y efecto de este deseo tan general de transmitir su nombre a la posteridad . (b) Discurso del Abad Fontenú sob re la u tilidad que las bellas letras pueden sacar de la Escritura. (e) Seniores ingemiscunt, dum ZLetera praesentibus comparant. Epist. Episcop. Orient, in.ter D. Basilii. 61.

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