Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo

JOSE BAQUIJANO Y CARRILLO 229 sacó tres votos de exceso y entre los inhábiles por las mismas constituciones se numeran más de 25. Pero no crea V. A. que las sugestiones y maniobras adopta– das en mi detrimento, son únicamente las que hasta aquí van especificadas. No se ha hablado todavía con particularidad de las operaciones del ex rector don José Ignacio Alvarado y del prebendado don Pablo Laurnaga. Llegó a tanto su anhelo, que puesta sin duda en transporte su razón escribe de su letra y puño Ja esquela que en deblda forma demuestro para que la reconoz– ca bajo de juramento. Su tenor es tan vergonzoso, como impro· pio de un eclesiástico de su edad. El se reduce a remitir una pro– pina para contraer el sufragio del padre fray Joaquín Bohórquez insinuando que era el único arbitrio para conseguirlo y que guar· clase secreto. El prelado a qui'en fue dirigida no pudo menos que llenarse de escándalo al ver semejante propuesta, y entrando en aquella justa indignación (que es virtud moral aunque de segun– do orden) para advertir que por tan ilícitos medios se procuraba la corrupción ae un religioso, haciéndose tercero a su mismo su· perior, hubo por desahogo de su conciencia de entregar la esque– la para que se contare en tiempo el daño que podían ocasionar otras de su clase. Yo por un efecto de aquella natural modera.. ción que forma mi carácter y de que tengo dadas al público tan sensibles pruebas, reservé este documento por el honor. y buen nombre del doctor don José Ignacio, ejecutando lo mismo por igua– les respectos con los demás que ahora he sacado a luz, estrechado y puesto en precisión de dar a mis defensas todo su debido lleno. No es poco lo que tenido que vencer por mis contrarios que no perdonan ni indemnizan aun el santuario de la justicia en los jue– ces superiores que la administran, son los que dan margen a que ponga en clara luz sus. procedimientos. Acaso no fue sólo la propina del señor Bohórquez la que jugó en la elección, pero es digno de reflexionarse muy particularmen" te sobre el complejo y multitud de manipulaciones, que se emplea– ron para ex-rectorarme, porque como dije al principio es muy di– fícil que otra vez se hayan unido las que llevo insinuadas y las que aun todavía están. Por la acta de la elección se acredita que hubo once votos vi– ciados y éstos fueron de aquellos a quienes se encargó, que efec– tivamente los viciasen por los medios iguales a los contenidos en los apuntamientos que, de su letra, extendió el señor don Jose Cabezas.

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