Los ideólogos: José Baquíjano y Carrillo

JOSE BAQUIJANO Y CARRILLO 251 De aquéllos el padre Casas, y de éstos, entre otros, Machia– velo, Montesquieu, Linguet, Mr. Gros de Bose en el Libro Amarillo atribuido al mismo, impreso en Basilea el año de 48, Guillermo Raynal en su Historia filosófica y política y al irlandés Bayle, cu· yas perniciosas doctrinas cita con grande recomendación. Contiene otros yerros que no son de consecuencia y sólo pue– den graduarse como una doctrina menos sana y juiciosa: satiriza agriamente las costumbres de la corte, y hablando el virrey Gui– rior, le llama en aquellas circunstancias gobernador cuyo nombre ha esculpido la América en los anales de la virtud. En una palabra, la Mesa cree que este papel, atendido el tiem– po de su publicación, el carácter díscolo de su autor, cabeza de uno de los partidos que han motivado los ruidosos recursos sobre elección de rector ele la Universidad de Lima, es sedicioso y dig– no de que se recoja con todo cuidado, a cuyo fin, y para cortar los otros daños que este papel da idea, propone la Mesa las pro– videncias siguientes: Primera: Que mediante constar de la diligencia practicada por el secretario del virrey para recoger este papel, sólo se juntaron 312 ejemplares de los 600 que según declaración del impresor se tiraron, se encargue estrechamente al virrey y visitador que de acuerdo practiquen las diligencias más activas a fin de recoger los restantes y quemarlos secretamente, dando cuenta a su tiem– po de lo que hayan conseguido en este punto. Segunda: Que se encargue a los mismos informen sobre el mé– todo ó práctica que se observa en aquella capital y demás ciuda– des o pueblos del virreinato (si es que hay imprenta en alguno de ellos) para las aprobaciones y licencias de imprimir cualesquie– ra libros y papeles, proponiendo al mismo tiempo los medios que estimen oportunos para que esto no se pueda verificar sin pre– cedente noticia del superior gobierno de aquel reino, pues según alegó J áuregui en su defensa, tiene la Universidad facultad para mandar imprimir, sin consentimiento del gobierno, las obras que trabajan sus matriculados, cuya circunstancia será conveniente ci– tarles para que apuren este punto y lo comprendan en su informe. Que se les prevenga al mismo tiempo cuánto ha extrañado su majestad saber que corren libremente en el Perú los autores que arriba quedan citados, de los cuales la mayor parte están no sola– mente prohibidos por la Inquisición a toda clase de personas, aun cuando tengan licencia para leer otros, sino también por el Estado, y que en esta inteligencia procedan de acuerdo a recoger del doctor Baquíjano y de otra cualesquiera persona que tenga en aquellos

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